Uno de cada cinco habitantes de la Barcelona metropolitana vive en riesgo de pobreza

  • En la primera corona el índice de población en riesgo de exclusión alcanza el 22,8%.
  • Un 20,9% de jóvenes entre los 16 y los 34 años destinan más del 40% de sus ingresos a gastos de vivienda.
Una vista de la calle Córdova, en el barrio de Sant Roc, en Badalona (Barcelona), donde unos 300 vecinos trataron de linchar a un presunto pederasta.
Una vista de la calle Córdova, en el barrio de Sant Roc, en Badalona (Barcelona), donde unos 300 vecinos trataron de linchar a un presunto pederasta.
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Una vista de la calle Córdova, en el barrio de Sant Roc, en Badalona (Barcelona), donde unos 300 vecinos trataron de linchar a un presunto pederasta.

El 21,3 % de la población del área metropolitana de Barcelona, unas 683.800 personas, viven en riesgo de superar el umbral de la pobreza, situado en unos ingresos de 22.658 euros al año en hogares con dos adultos y dos niños. En Barcelona ciudad, este índice se sitúa por debajo, en el 19,7% pero en la primera corona metropolitana se dispara al 22,8%.

Atendiendo a estos datos, la recuperación de la economía no está incidiendo en una mejora general de la situación de los ciudadanos, como avisaba ayer el regidor de Presidència del Ajuntament, Jordi Martí, que presentó los datos contenidos en la Estadística metropolitana sobre condiciones de vida entre enero de 2017 y diciembre de 2018.

Si las cifras se comparan con las obtenidas entre enero de 2016 y diciembre de 2017 en el mismo estudio, en los 36 municipios que componen el área metropolitana había entonces un 20,8% de personas en riesgo real de pobreza.

A esta cronificación de la pobreza existente, hay que añadir la consolidación de un fenómeno preocupante, que haya un 16,4% de trabajadores pobres en el área metropolitana, es decir, de personas a las que tener un sueldo no les evita el pasar por estrecheces económicas. Y es que hasta el 14,1% de los habitantes de la metrópolis padecen de privación material, es decir, de capacidad de comprar bienes considerados como básicos.

El porcentaje se eleva al 30,3% cuando la carencia supone no poder hacer frente a gastos imprevistos, como podría ser «cambiar una caldera que se estropea», puso como ejemplo ayer Martí.

Además, un 30,2% de los residentes en el área metropolitana tampoco pueden permitirse irse de vacaciones.

"El modelo de recuperación económica supera la emergencia pero no la desigualdad"

A pesar de la mejora económica posterior a lo peor de la crisis, la situación de pobreza se está arraigando entre determinados colectivos. Es el caso del 41,8% la población inmigrante, del 26,4% de los menores de 16 años de edad y del 24% de los hogares unipersonales o con menores dependientes.

Todos estos indicadores muestran que «el modelo de recuperación económica ha superado la emergencia pero no la desigualdad», indicó el director del Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona, Ricard Gomà.

Este desequilibrio se ve en el caso de los más jóvenes, pues el 20,9% de los habitantes de entre 16 y 34 años de edad destina más del 40% de sus ingresos a la vivienda, gastos que comprenden desde la cuota de la hipoteca o el alquiler al pago de los suministros y los seguros del hogar, lo que se considera «una carga excesiva» y que puede conducir a la pobreza y la exclusión. En el caso de la población más adulta, el índice se reduce al 12,9%.

El 20,9% de los habitantes de entre 16
y 34 años de edad destina más del 40%
de sus ingresos a la vivienda

Sin embargo, sube igualmente entre 2016 y 2018 la suma de dinero que las familias metropolitanas han de afrontar por la vivienda, que ha pasado de los 450 a los 469 euros en el caso de las hipotecadas, un incremento del 4,1%. Los que viven en régimen de alquiler también han de dedicar más recursos: de 810 a 830 euros mensuales de media.

Mayor protección social en Barcelona que en la conurbación

Igualmente, a pesar del aumento de la renta anual limpia media de los hogares metropolitanos: 34.292 euros, un 3,1% más que en 2016-17 (33.252 €) persiste un riesgo de exclusión en aquellos núcleos familiares en los que solo entra un sueldo, remarcó Gomà.

Resulta más beneficiada Barcelona en los porcentajes que el resto de municipios por el peso «de transferencias sociales» como el Pla de Barris. Martí atribuye a ello el descenso del riesgo de pobreza del 42,2% en el periodo 2016-17, antes de las transferencias, al 21,3% de 2017-18, la mitad.

Llevar el Pla de Barris en los 36 municipios del área metropolitana. Esa es la reclamación del Ajuntament a la Generalitat para nivelar la desigualdad entre las ciudades de la conurbación y la capital.

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