La comunidad Ma'u Henua, en la Cumbre del Clima: "La basura que botan al mar llega a nuestra isla"

Camilo Rapu (centro), junto a los miembros de su comunidad que le acompañan en Madrid.
Camilo Rapu (centro), junto a los miembros de su comunidad que le acompañan en Madrid.
Jorge París
Camilo Rapu (centro), junto a los miembros de su comunidad que le acompañan en Madrid.

Con música, bailes y su indumentaria típica, los miembros de Ma’u Henua llaman la atención de los visitantes en la Zona Verde de la Cumbre del Clima. Un pequeño grupo de esta comunidad de la Polinesia inunda el pabellón 1 de Ifema, el de la sociedad civil, de un ambiente festivo, pero con ello quieren poner el foco en un mensaje preocupante: el peligro de extinción de los pueblos originarios, que ya representan menos del 5% de la población mundial.

"Allá tratamos de mantener nuestra cultura, una cultura que tiene más de 1.600 años. Pero es muy complejo con la globalización. Parte de la sostenibilidad pasa por proteger a los pueblos originarios porque este gran gigante que está absorbiendo y estandarizándolo todo es un sistema nuevo que puede caer, y si lo hace, somos una opción de vida para salvar el planeta", reivindica Camilo Rapu. "A nosotros nos enseñan a vivir en equilibrio con la naturaleza y el desarrollo", agrega.

Este hombre de 38 años es el presidente de una comunidad asentada en Rapa Nui, conocida como Isla de Pascua, "la más aislada del mundo" y desde la que hay más de 3.700 kilómetros hasta el lugar más cercano. Un territorio que, a pesar de ser recóndito, sufre igualmente los efectos del cambio climático. "La basura que botan al mar llega a nuestras costas. Además, con el calentamiento global han subido las mareas y el oleaje está destruyendo nuestro patrimonio. Está alcanzando a las plataformas en las que se encuentran los moáis y está provocando que se caigan", denuncia Rapu. 

Los moáis son "las caras vivas" de sus ancestros pero también tienen la función de conectar a estos indígenas con la naturaleza. "Este es el de la paz y hoy no está en nuestra isla", explica el presidente, señalando la réplica de una de esas estatuas monolíticas que Reino Unido les arrebató en 1968 y cuya devolución reclaman. La escultura preside el rincón que el grupo ocupa en esta nave de la Feria de Madrid, como símbolo de lo que son y quieren seguir siendo, pese a todos los obstáculos.

Las consecuencias de la emergencia climática obligan a más de 20 millones de personas a abandonar sus hogares cada año, según ha alertado esta semana Oxfam. Y este pueblo conoce de primera mano esa realidad. La comunidad cuenta ahora con 4.500 personas, una cifra que va en retroceso. Los peligros que amenazan a este hábitat está llevando a sus moradores a abandonarlo. "Y cuando se van, se olvidan de sus tradiciones y de su cultura", afirma Rapu con nostalgia. 

Los Ma’u Henua luchan por continuar viviendo de la pesca, la caza, de generar sus propios alimentos, sin depender de factores externos, algo que se les está poniendo muy difícil. A los efectos de la crisis del clima se suma la llegada de cada vez más barcos de pesca que están mermando los bancos de peces de la zona

Es para explicar todos estos problemas por lo que esta delegación ha querido estar presente en la COP25. Les gustaría poder plantearles sus inquietudes a los líderes que durante estos días se reúnen a escasos metros, entre los pabellones 4 y 10, con el objetivo de tomar decisiones que combatan el calentamiento global. Mientras esos encuentros se concretan, Rapu se da por satisfecho si el mensaje llega a alguien: "Si una sola persona lo escuchó, valió la pena haber venido".

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