El PSOE cierra el paso a un mayor protagonismo de Ana Pastor con la entrada de Vox en la Mesa del Congreso

Ana Pastor, presidenta del Congreso.
Ana Pastor, cuado era presidenta del Congreso.
CONGRESO - Archivo
Ana Pastor, presidenta del Congreso.

Entre los reproches que se han lanzado este martes los partidos en la sesión de constitución del Congreso por la elección de los miembros de la Mesa, las acusaciones cruzadas e incluso la sorpresa por un empate entre vicesecretarios electos, una de las principales perjudicadas por la entrada de Vox en la Mesa es la expresidenta de la Cámara, Ana Pastor. Si el PSOE hubiera aceptado el último pacto que se le propuso con la luz verde de PP y Ciudadanos, la diputada popular podría haber sido vicepresidenta primera y, como tal, haber tenido mayor protagonismo a la hora de sustituir a Meritxell Batet, que seguirá siendo presidenta. Ahora, Pastor será vicepresidenta, pero segunda.

Finalmente, Vox estará presente en la Mesa del Congreso, el órgano de gobierno de la Cámara. Los de Santiago Abascal tendrán la vicepresidencia cuarta como consecuencia de que PSOE y PP no se han puesto de acuerdo para frenar a Vox, por diferentes razones. Los populares rechazaron la propuesta del PSOE para tenderle un cordón sanitario y, a última hora, los socialistas no aceptaron un pacto alternativo porque les habría hecho perder la primera vicepresidencia de la Cámara. En ese caso, la habría desempeñado Pastor, diputada del PP y presidenta de la Cámara entre 2016 y 2019, que de este modo habría recuperado buena parte de protagonismo, como sustituta Batet.

Más simbólico que efectivo

La presencia de Vox en la Mesa del Congreso será más simbólica que efectiva. Con un solo voto de los nueve que tiene este órgano -presidencia, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías-, no se espera que Ignacio Gil Lázaro sea determinante para admitir o no reglamentos, escritos o documentos parlamentarios o decidir sobre su tramitación.

Cualquier iniciativa que quisiera tomar el vicepresidente de Vox chocaría con la mayoría de PSOE y Unidas Podemos, que suman seis de los nueve votos, en una de las sorpresas de la mañana, porque los morados se han alzado con dos secretarías en lugar de una prevista. La otra de las cuatro secretarías ha sido para el PP.

La presencia de Vox será importante por cuanto significa que la mayoría del Congreso normaliza a los diputados de la ultraderecha -algo que este martes ha hecho que ERC y JxCAT se sumaran a PSOE y Unidas Podemos para intentar evitarlo, sin éxito-. Como efecto colateral, supone restar protagonismo a Pastor, del PP, que de haber prosperado la posibilidad de acuerdo por la que ha abogado Ciudadanos hasta esta misma mañana -dos puestos para el PSOE, además de la presidencia, tres para Unidas Podemos, dos para el PP y uno para Ciudadanos- habría sido la principal sustituta en la presidencia de los Plenos en ausencia de Batet.

El PSOE temía perder el puesto

En los últimos días, fuentes del PSOE habían alertado del riesgo que entrañaba para este partido buscar un acuerdo, bien con PP y Ciudadanos, bien con el resto de grupos de la Cámara, con tal de excluir a Vox. Según apuntaban, estaba en juego perder la vicepresidencia primera, que finalmente han logrado retener, aun a costa de no cerrar ningún acuerdo que dejara a Vox fuera de la Mesa. Antes de la votación de este martes, fuentes de Ciudadanos ya advertían de que los socialistas habían preferido tener la vicepresidencia primera a evitar a Vox.

Según el reglamento del Congreso, a “los vicepresidentes, por su orden, sustituyen al presidente, ejerciendo sus funciones en caso de vacante, ausencia o imposibilidad de éste. Desempeñan, además, cualesquiera otras funciones que les encomiende el Presidente o la Mesa”. De esta forma, si el PSOE hubiera perdido la vicepresidenta primera, que habría ocupado Ana Pastor, habría sido la expresidenta popular de la Cámara la principal encargada de suplir a Batet.

Al final, y con Vox mediante, este puesto lo desempeñará el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que en la pasada legislatura fue vicepresidente segundo -un pacto PSOE-Unidas Podemos dio a primera a la diputada morada Gloria Elizo- y que un dirigente muy próximo a Pedro Sánchez.

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