El Monasterio de Nuestra Señora de Rueda, uno de los máximos exponentes de la orden cisterciense en Aragón, vuelve a brillar con su máximo esplendor. Si el año pasado -no sin una ardua tarea de recuperación-, se abrió al público la parte patrimonial, este lunes se realizó el acto oficial de la puesta en marcha de su hospedería. 

El servicio con restauración y alojamiento ya está en funcionamiento y se ha elegido este mes de noviembre para celebrar un acto de inauguración a la altura de un espacio "referente de la historia y el patrimonio autonómico", según destacaron desde el Gobierno de Aragón. 

El objetivo es impulsar la proyección internacional del enclave ubicado en un lugar estratégico en la ribera y rutas del Ebro, cerca de Motorland y de la Ruta del Tambor y el Bombo, además de estar rodeado de "complejos energéticos muy importantes". 

Ha sido la propia institución autonómica la que recuperó todo el complejo una vez se volvió a hacer con el control de las instalaciones tras dos años de abandono e incumplimientos de la última adjudicataria. La nueva fórmula separa la gestión por un lado, la parte patrimonial de la que se ocupa Turismo Aragón, y por otro, de la hospedería, que ha sido adjudicada a la empresa ‘Ayozar’, muy arraigada al territorio.

Remanso de paz

Paz, tranquilidad, encanto, y mucha historia. Eso es lo que guarda el Monasterio de Nuestra Señora de Rueda y su nueva hospedería. Un tesoro patrimonial perteneciente a la orden cisterciense, situado en la Ribera Baja del Ebro, entre Sástago y Escatrón, a tan sólo una hora de la capital aragonesa.

El Monasterio de Rueda recupera el servicio de restaurante y cafetería interior de la Hospedería de Rueda

Los huéspedes pueden ya visitar su laberíntico interior y conocer todas las estancias por las que paseaban y hacían vida los monjes cistercienses desde el siglo XIII. El hotel está ubicado en el Palacio Abacial y la Galería-Corredor y ofrece hasta 37 habitaciones que conjugan la arquitectura y el espíritu medieval con las comodidades de nuestro tiempo. La oferta del establecimiento está dirigida tanto a reuniones de empresa y congresos como a un turismo cultural y amante de la tranquilidad. 

Las habitaciones están decoradas con frescos en las paredes totalmente diferentes. Algunas, incluso, conservan todavía los frescos originales. 

Experiencia gastronómica

La estancia está acompañada de una experiencia gastronómica basada en la cocina de autor. En la amplia carta de su restaurante El Monasterio no faltan los mejores productos de la zona, siempre con una especial sensibilidad y preocupación hacia los alimentos de proximidad y los productores locales.

De la misma forma que el hotel, la zona de restauración está repleta de distintas estancias y detalles. Desde el bar-cafetería que hay justo en la entrada (con una terraza y vistas directas a la zona monástica), las salas de comedor, la luminosa galería… hasta la íntima bodega con grandes barriles de vino. El joven cocinero andorrano Sergio Tello está al mando de los fogones.