Los hermanos Lapeña serán las primeras víctimas exhumadas del Valle de los Caídos a partir de 2020

Hermanos Antonio Ramiro y Manuel Lapeña, asesinados en 1936 por los sublevados y enterrados en el Valle de los Caídos en 1959.
Hermanos Antonio Ramiro y Manuel Lapeña, asesinados en 1936 por los sublevados y enterrados en el Valle de los Caídos en 1959.
Familia Lapeña
Hermanos Antonio Ramiro y Manuel Lapeña, asesinados en 1936 por los sublevados y enterrados en el Valle de los Caídos en 1959.
Patrimonio Nacional autoriza el trabajo al no percibir problemas de seguridad.
ATLAS

Manuel Lapeña era el veterinario de Villarroya de la Sierra, que quedó en zona nacional tras el inicio de la Guerra Civil. En el verano del 36, se encontraba en una finca trabajando, cuando un grupo de falangistas le obligó a subir a un camión y lo llevó al pueblo.

Ahí estuvo un día atado en la plaza y, posteriormente, fue trasladado a la cárcel de Calatayud, donde fue asesinado. Había sido miembro destacado del sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), aunque ya no pertenecía a la organización.

Su hermano, Antonio Ramiro, trabajaba de herrero también en Villarroya de la Sierra y era también miembro de la CNT. Al conocer el asesinato de su hermano se escapó del pueblo y se echó al monte.

La familia intercedió por él ante los mandos militares y el cura. Le llegaron a dar un papel firmado que decía que no le iba a pasar nada, pero cuando regresó al pueblo fue apresado y llevado al cementerio de Calatayud, donde también fue asesinado.

Inhumados sin permiso de los familiares

23 años después del asesinato de los hermanos Lapeña, Francisco Franco asistía por fin a la finalización del Valle de los Caídos, el monumento faraónico que acogería sus restos mortales desde 1975 hasta el pasado mes de octubre.

Si bien la dictadura solicitó voluntarios para entregar los restos de sus familiares para ser inhumados en el Valle en 1959, muchos de los cuerpos de los republicanos fueron exhumados, mezclados entre sí y enviados al monumento sin conocimiento de los familiares. Entre ellos, podrían haber estado los hermanos Lapeña.

Tras su ejecución, fueron enterrados en dos fosas, de las que, de al menos una de ellas, hay conocimiento de que se exhumaron restos de varias decenas víctimas, que fueron trasladados mezclados en nueve cajas al Valle de los Caídos sin el consentimiento de los familiares en 1959.

Ahora, seis décadas después, los cuerpos de los enterrados en el Valle podrán empezar a ser exhumados del mausoleo para ser entregados a sus familias.

Tras recibir un informe favorable del CSIC, Patrimonio Histórico, el ente propietario del monumento, di este miércoles el visto bueno para empezar las obras de acondicionamiento de las criptas funerarias antes de que acabe el año.

Una vez finalizado el acondicionamiento, los forenses entrarán en las criptas para localizar los cuerpos de los familiares que hayan reclamado su recuperación.

Las primeras 31 inhumaciones

Patrimonio ha indicado a los familiares de que las obras finalizarán a comienzos de 2020, según informa Miguel Ángel Capapé, pareja de una de las descendientes de los hermanos Lapeña y portavoz de la Asociación de Familiares Pro Exhumación de los Republicanos del Valle de los Caídos.

“A finales de año tendrán el informe de seguridad para poder entrar a las criptas y a primeros de año, no sabemos la fecha exacta, si enero o febrero, irán abriendo las criptas”, declara Capapé a 20minutos.

Los forenses evaluarán las posibilidades de sacar los restos de 31 personas inhumadas que cuentan ya con un expediente abierto a petición de sus familiares.

Los descendientes de los hermanos Lapeña no supieron que no se encontraban en Calatayud hasta 2008, tras llevar a cabo excavaciones en una de las fosas en la que no encontraron ningún resto humano.

Fueron personas del pueblo quienes les informaron de que los restos habían sido desplazados al Valle de los Caídos, información que contrastaron en los archivos del propio Valle.

En 2016, un juez sentenció que los hermanos Lapeña debían ser exhumados y, por el momento, son los únicos de los familiares de las 31 personas que podrían abandonar el Valle ue tienen un auto judicial para poder llevar a cabo la exhumación.

“Si no se actúa rápido, se perderá todo”

Los familiares, que se reunieron la semana pasada en tres ocasiones con Patrimonio Nacional, recibieron una copia del informe y la explicación de los trabajos que se van a desarrollar. 

Ante las diversas peticiones, el trabajo comenzará respetando el orden procesal, por lo que los primeros restos en exhumar serán los de los hermanos Lapeña.

El largo camino legal y burocrático recorrido por los familiares de los hermanos Lapeña acabará, finalmente a, principios de 2020, cuando los Lapeña, si son localizados, podrán regresar a Villarroya de la Sierra 84 años después de su asesinato.

“Nuestro objetivo para los próximos años es que saquen a todos, las cajas en las que se vea bien el rotulado del pueblo deberían volver a su pueblo sin que las reclame nadie ”, declara Capapé.

“Luego, que el Ayuntamiento de cada pueblo que se haga cargo de ellas y las entierre en un nicho y si luego alguien quiere reclamar a sus familiares que lo haga”, defiende Capapé que advierte de que “si no se actúa rápido, esas cajas se acabarán derrumbando y los restos se perderán del todo”. 

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