El propósito no era sólo modernizar todas las redes de suministros de este tramo, sino mejorar la accesibilidad de un vial cuyas aceras en muchos tramos no alcanzaban la anchura mínima de 1,20 metros que marca la normativa.

Se trata de una calle paralela a la avenida de Mijas que comienza en la avenida Juan Gómez Juanito y que termina en un tramo sin salida. Comprende una superficie aproximada de 1.650 metros cuadrados y una longitud de calle de 275 metros.

Sobre la importancia de esta actuación, además de la mejora de la accesibilidad, han destacado desde el Ayuntamiento a través de un comunicado que los vecinos llevaban bastante tiempo demandado esta remodelación porque en algunos casos la cota de la calzada y la acera hacía que algunas casas sufrieran inundaciones; además todo el entorno se encuentra ya remodelado.

Las obras han contemplado la instalación de las siguientes infraestructuras: redes de fecales, pluviales, agua potable, alumbrado (con 14 unidades de nuevas farolas con iluminación LED y telecontrol), telefonía, nueva pavimentación, señalización viaria y mobiliario urbano (papeleras).

El proyecto se adjudicó a la empresa Trafisa Construcción Medioambiente por un importe total de 422.028,71 euros (IVA incluido). El presupuesto de licitación fue de 633.000 euros, lo que quiere decir que en el concurso el Ayuntamiento se ahorró en torno a 211.000 euros aproximadamente que ahora se pueden utilizar para llevar a cabo otras actuaciones.

En este sentido han precisado que este presupuesto venía consignado al superávit del año anterior y aunque estaba todo preparado para poder hacer la remodelación a principios de verano, se mantuvo una reunión con los vecinos y la alcaldesa en el mes de marzo y, por sentido común, se decidió esperar a que pasara la época estival.

Asimismo, han recordado que en dicha reunión, además de la fecha de inicio de los trabajos, también se consensuó con los vecinos el resultado final de los mismos. En este sentido, han afirmado que "no hay que olvidar que entre todos se decidió por mayoría que la calle fuera una vía sin aparcamientos, ya que el vial, por la anchura del mismo, no permitía tener unas aceras que cumplieran con la accesibilidad".

De esta forma, los vecinos decidieron por mayoría que el resultado final fuera una calle con aceras accesibles y que no hubiera aparcamientos y así ha sido el proyecto que se ha realizado, con la única salvedad de una plaza de aparcamiento para minusválidos que se ha mantenido, dado que en la calle reside una persona con movilidad reducida que así lo necesitaba.