Parece que recién hubiese descubierto lo que significa estar enamorado y que quisiese ir puerta por puerta diciéndoselo a todo el mundo. Lo que siente Alejandro Sanz por su nueva novia, Rachel Valdés, es tan real como las fotos que lo demuestran.

El cantante, que se encuentra estos días de gira por México, ha aprovechado los días de descanso entre concierto y concierto para marcharse un tiempo a las playas aztecas con su novia.

Muy acaramelados, cariñosos, pasionales, besos por doquier, abrazos, risas paralelas y de nuevo más besos: así son las imágenes que ha publicado en su nuevo número Diez Minutos.

En ellas se puede ver cómo el artista madrileño se muestra exultante en su romántico día a la orilla del mar con la artista cubana, con quien se lleva alrededor de 20 años, aunque eso, para ellos, sean matemáticas innecesarias.

Porque aunque todavía no han oficilizado la relación, ya es más que vox populi que entre ellos todo va viento en popa: Alejandro Sanz ya le ha presentado a sus hijos y ha querido que conociera Jarandilla de la Vera, el pueblo de Cáceres donde posee una finca.

Además, el momento del cantante es uno de los mejores de su vida, puesto que hasta su expareja, Raquel Perera, madre de Dylan y Alma (que viven en Miami y a los que Sanz visita siempre que puede) se ha alegrado por la nueva relación del padre de sus hijos.

"Allí donde haya amor siempre lo celebraré", dijo, en un alarde de talante y saber estar. "Ahora estoy centrada en mí y en mis hijos. Nuestro futuro como familia es algo esencial e incuestionable. Las grandes tragedias en la vida pasan por otras cosas y no por una separación", añadió.

Por su parte, El País reveló que Rachel Valdés no solo tiene un estudio en La Habana sino también en Barcelona, a donde viaja mucho para ver a su hijo Max, de cinco años, fruto de su relación con un catalán.

A sus 30 años, Valdés mantuvo un breve romance con Marc Anthony, con quien rodó un videoclip después de separarse, y aseguran que Mick Jagger iba a Cuba solo para estar con ella.