El nuevo reto de Chicote en 'Pesadilla en la cocina': salvar un 'food truck' y su curioso juego de realidad virtual

  • El chef de La Sexta se enfrentó a la mala organización de El Submarino, en Barcelona.
  • Manuel, el dueño del negocio, ofrecía unas gafas de realidad virtual para luchar contra los tiburones.
Alberto Chicote juega con unas gafas de realidad virtual en 'Pesadilla en la cocina'.
Alberto Chicote juega con unas gafas de realidad virtual en 'Pesadilla en la cocina'.
A. L. S.
Alberto Chicote juega con unas gafas de realidad virtual en 'Pesadilla en la cocina'.

Alberto Chicote se enfrentó este jueves en la nueva entrega de Pesadilla en la cocina a un reto diferente a los que acostumbraba hasta el momento: el chef se trasladó a San Baudilio de Llobregat (Barcelona) para salvar El Submarino, un curioso food truck regentado por Manuel, quien se embarcó en el negocio junto a su expareja y la hija de esta.

"He invertido todo lo que tenía en El Submarino y no tengo otra opción", contó Manuel cuando admitió que desconocía el funcionamiento del mundo de la hostelería. El presentador se echó entonces las manos a la cabeza cuando descubrió desastres como la carta o la falta de entendimiento en el servicio, aunque todavía le quedaban más cosas por conocer.  

Y es que las compañeras de Manuel reconocieron estar hartas del comportamiento "agobiante" de este hacia los clientes, a quienes les ofrecía constantemente utilizar uno de los platos fuertes del food truck, que no era, precisamente, la comida, sino unas gafas de realidad virtual.

"La realidad virtual se convierte en una realidad de mierda"

El dueño de El Submarino prometía una experiencia similar a la de un “juego de feria”, pero lo único que se encontró Chicote al probar el aparato fue la página de Facebook de Manuel. "Lo arreglo y verás como te va a encantar", le prometió al chef, que después volvió a probar otro de los pasatiempos virtuales del local ambulante, un descuidado periscopio.

"También tenemos una aventurita en la que tendrás que salvar a un poblado del tiburón blanco", le explicó Manuel al chef, que finalmente no pudo jugar porque el dispositivo también estaba estropeado: "Pues si no puedo jugar, la realidad virtual se convierte en una realidad de mierda, ¿no?", le recriminó Chicote a Manuel, que se defendió diciendo que estaba "gafado".

Finalmente, el presentador consiguió reorientar el rumbo del local. Después de varias trifulcas y de una seria conversación con Manuel y Carmen, que se comprometieron a sacar el negocio adelante, el chef renovó la imagen del food truck en lo estético y en lo culinario. También arregló las gafas de realidad virtual, un acto que culminó en la emoción de Manuel: "El Submarino de ahora es todo lo que había soñado".

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