Dos presos fueron ejecutados esta pasada madrugada con menos de dos horas de diferencia en los Estados de Texas y Virginia.

El primero en recibir la inyección letal fue Carlton Turner, de 29 años, que hace diez años asesinó a sus padres adoptivos. La ejecución se llevó a cabo después de que el Tribunal Supremo rechazara un aplazamiento.

"Sé que me equivoqué. Acepto mi responsabilidad como un hombre", dijo Carlton Turner, de 29 años, segundos antes de recibir una inyección letal en Huntsville, según un portavoz del penal.

Turner, que entonces tenía 19 años, fue declarado culpable de matar de varios disparos en la cabeza a sus padres adoptivos en su hogar de Irving, en agosto de 1998.

Fue el segundo asesino ejecutado este año en Texas, Estado que el 11 de junio aplicó la inyección letal a Karl Eugene Chamberlain.

Segunda ejecución

Dos horas después, el Estado de Virginia aplicó otra inyección letal a un hombre que asesinó hace ocho años a su vecina. Kent Jermaine Jackson murió ocho minutos después de recibir por vía intravenosa una letal combinación de fármacos.

Según su propia confesión, Jackson, de 26 años, llevó a cabo la violación y asesinato a puñaladas de Beulah Mae Kaiser, en complicidad con Joseph Marquis Dorsett, quien fue condenado a cumplir una sentencia de 135 años de prisión.

El condenado fue ejecutado después de que el Tribunal Supremo de EE UU y el gobernador de Virginia, Timothy Kaine, rechazaran una solicitud de sus abogados de aplazar la ejecución.

En su argumentación, la defensa de Jackson cuestionó el hecho de que un miembro negro fuera excluido del jurado y que no se informó a su cliente de que podría ser condenado a muerte. De nada sirvieron, sin embargo, los argumentos de la defensa.