Pilar Manjón: «Estamos viviendo otra vez el 11-M»

Los atentados de Londres provocan un retroceso grave en la recuperación de las víctimas, que vuelven a experimentar todo lo que vivieron entonces.
Pilar Manjón
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Las víctimas del 11-M han experimentado un notable retroceso psicológico por los atentados de Londres. Los equipos médicos que les atienden constatan un proceso de «reexperimentación» de los traumas.
 
«Ha sido como vivir otra vez la experiencia del 11-M», comentó a 20 minutos Pilar Manjón, la presidenta de la asociación de afectados, que perdió a uno de sus hijos en la cadena de atentados de Madrid.
 
Buena parte de los heridos graves en los trenes de Cercanías madrileños atacados (191 muertos y 2.062 heridos) habían sufrido amnesia, cayeron en coma o «habían borrado» de su memoria las escenas del terror.
 
Ahora, con la cadena de bombas del 7-J, «están viendo por primera vez lo que les sucedió a ellos, se identifican totalmente con las víctimas de Londres», dice la psicóloga Lucía Sutil, que dirige el plan de atención de la Asociación 11-M y asesora al Ministerio del Interior.
 
Pasos hacia atrás
 
Sutil constata que los síntomas derivados del estrés postraumático entre los heridos que viajaban el 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid «se han incrementado» esta semana. «Habíamos dado un cuarto de paso hacia delante y ahora hemos dado cinco pasos hacia atrás», explica.
 
Por otra parte, los familiares de las víctimas mortales están «bastante mal», porque han «reabierto el duelo patológico, en un momento en que éste ya empezaba a remitir».
Algunas de las víctimas habían conseguido abandonar la terapia y han pedido de nuevo ser atendidos por los psiquiatras y psicólogos de los equipos de atención que costea Interior.
 
Alucinaciones sensoriales
 
La «reactivación de síntomas» de los pacientes que acuden a los talleres de terapia de la Asociación 11-M incluye alucinaciones visuales (como la de pisar cadáveres) y olfativas (sentir un fuerte olor a quemado).
 
Además, las víctimas tienen sensación de culpa por no ayudar lo suficiente a los que estaban en los trenes, pesadillas, insomnio, temblores incontrolados, miedo a usar los transportes públicos y crisis de ansiedad, según ha confirmado la psicóloga que coordina los talleres.
 
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