Los nietos y bisnietos de Franco sacarán a hombros el féretro de la basílica en una exhumación que costará 63.000 euros

Momento de la entrada de maquinaria pesada en el Valle de los Caídos para los trabajos de exhumación de Franco.
Momento de la entrada de maquinaria pesada en el Valle de los Caídos para los trabajos de exhumación de Franco.
AGENCIA ATLAS
Momento de la entrada de maquinaria pesada en el Valle de los Caídos para los trabajos de exhumación de Franco.

Un total de 22 miembros de la familia Franco, entre nietos, cónyuges y bisnietos, estarán presentes el jueves que viene en la exhumación de sus restos del Valle de los Caídos, y algunos de ellos llevarán el nuevo féretro a hombros hasta el coche fúnebre que previsiblemente lo trasladará al helicóptero al cementerio de Mingorrubio-El Pardo. Ni en el lugar de la exhumación ni en el de la reinhumación el Gobierno ha permitido más que una ceremonia íntima, sin honores ni bandera. Eso sí, oficiada por el beligerante prior benedictino del Valle de los Caídos y por el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, la cara más visible del 23-F

Estos son algunos detalles del plan que ha diseñado el Gobierno para la exhumación y reinhumación de los restos de Franco que se llevará a cabo el 24 de octubre. El Gobierno calcula que, si todo va bien, la exhumación pueda llevarse a cabo en solo una hora. El coste provisional de todo el proceso es de 63.061,40 euros.

La mayoría de las cuestiones están cerradas ya, pero tres días antes todavía hay varios interrogantes. El primero, si las condiciones meteorológicas harán posible el traslado de los restos en helicóptero, que es la opción preferida por ser la más segura y causar menos molestias a los ciudadanos, o si tendrá que hacerse en coche fúnebre. En todo caso, el Gobierno ha previsto dos helicópteros y dos coches fúnebres en la explanada del Valle de los Caídos.

También es un misterio qué se encontrarán los operarios cuando levanten la lápida de 1.500 kilos -mediante un sistema de gatos hidráulicos- porque de la conservación de la tumba dependerá que no haga falta ni siquiera trasladar lo restos a un nuevo ataúd o que, en el extremo opuesto, que ni siquiera se haya conservado la capa de cinc que hay entre los restos y la caja, de manera que haya que sacarlos y trasladarlos.

Todo está previsto que empiece a las 10.30 horas, una hora después del momento en que se prevé que los allegados de Franco, 22 miembros de su familia en total, lleguen a la basílica del Valle de los Caídos procedentes de tres puntos distintos de Madrid y desde donde habrán sido trasladados con medios puestos a su disposición por parte de Moncloa.

Para la preparación del procedimiento, un miembro del gabinete del presidente en funciones ha estado en contacto directo con la familia del dictador, bien a través de su abogado o con el nieto mayor, Francis Franco. Según el Gobierno, no han hecho objeciones a que, según el plan diseñado, en ningún momento estarán en contacto con los medios de comunicación acreditados tanto para estar en las cercanías de la basílica y del cementerio de Mingorrubio. Asimismo, el Gobierno ha hecho hincapié en que en ninguno de los dos emplazamientos será posible llevar dispositivos para grabar imágenes o sonidos. Una vez en el cementerio de El Pardo, el momento de la inhumación será reservado exclusivamente a los 22 miembros de la familia, que en la intimidad del momento podrán portar banderas o cualquier otro símbolo sobre los que el Gobierno no ha querido poner restricciones, al tratarse de un acto íntimo. Fuentes del Gobierno no quieren hacer hipótesis con eventuales incumplimientos de la intimidad pactada por parte de la familia y este lunes se han limitado a recordar que están sujetos a la "legalidad vigente" que prohíbe actos de exaltación, en cuyo caso, habría "consecuencias penales".

También a petición de la familia, el prior de la abadía, el monje benedictino Santiago Cantera, tendrá dos intervenciones a lo largo de la mañana y no solo una, como estaba previsto en un primer momento. No estaba previsto, pero en la misma basílica bendecirá el féretro. Lo hará él solo, sin la presencia de ningún otro monje benedictino. Donde sí estará acompañado de un cooficiante será en el cementerio de Mingorrubio, donde, como estaba planeado, habrá una breve ceremonia religiosa en el momento de la inhumación. Tambien a petición de los Franco, oficiarán Cantera y el sacerdote Ramón Tejero, hijo del golpista Antonio Tejero.

En lo que no ha transigido el Gobierno ha sido a las peticiones de la familia de que los restos de Franco fueran trasladado con honores de Estado o que se portara la bandera española. No será así porque se trata del cumplimiento de un acuerdo del Consejo de Ministros que supone dar cumplimiento a una decisión del Gobierno, apuntan en Moncloa.

Acceso restringido a la basílica

El procedimiento está previsto que empiece a las 10.30 horas del jueves 24 de octubre. Además de los 22 familiares de Franco, solo tendrán acceso a la basílica la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en calidad de Notaria Mayor del Reino. Dará fe de la exhumación y la reinhumación, tal y como también hizo en 1975 quien ocupaba este puesto en el momento del entierro del dictador. Junto a ellos, entrarán los operarios de la empresa funeraria contratada por el Gobierno, algún otro alto cargo del Ejecutivo, probablemente del equipo más estrecho del presidente en funciones, así como el forense contratado por el Gobierno, cuya identidad no ha sido revelada para evitar las "amenazas" que ya están recibiendo las personas que trabajan en el dispositivo.

Todos ellos pasarán por un detector de metales a la entrada para asegurar que nadie porta ningún dispositivo para captar imágenes y sonidos. Para evitar que haya "cámaras ocultas", los agentes de la Guardia Civil allí presentes también portarán inhibidores. Además, habrá un tercer perímetro concéntrico dentro de la basílica, porque se instalará una carpa justo en el lugar donde se encuentra la tumbra de Franco, a la que solo accederán los operarios, el forense, la ministra de Justicia y dos familiares del dictador. La familia ya ha comunicado que uno de ellos será uno de sus nietos, Cristóbal Martínez Bordiu.

Estado de los restos

Ellos podrán comprobar otra de las grandes incógnitas de la exhumación, el estado en el que se encontrarán los restos del dictador. Bajo la lápida de 1.500 kilos, hay una tumba recubierta de hormigón y plomo para, en principio, evitar su deterioro debido a las corrientes de agua subterráneas. Una vez llegados al ataud, los restos del dictador están separados de la madera por una estructura de cinc.

Sin embargo, casi 44 años después el entierro, existen hasta tres posibilidades sobre el estado en que se encontrará, que se suma a las dos versiones que existen sobre el tratamiento que se dio al cadáver de Franco, pues hay quien dice que fue embalsamado y quien sostiene que solo fue conservado.

En todo caso, el jueves se verá si el grado de conservación permite no tener que cambiar ni el ataud, si está tan mal que tampoco se conserva el recubrimiento de cinc y hay que entrar en contacto con los restos mismos para ponernos en un ataúd nuevo o, la opción más probable a ojos de los responsables del dispositivo, que la estructura de cinc esté bien sellada y solo sea necesario pasarla a otro féretro. En este caso, el más probable, nadie podrá comprobar que, efectivamente, se trata de Franco, algo que desde Moncloa se recuerda que ya acreditó el Notario Mayor del Reino en 1975.

Salida a hombros pero sin honores

Transcurrido el procedimiento dentro de la basílica, los restos del dictador saldrán de la misma a hombros de sus familiares, que recorrerán así 300 metros, incluidas las 15 escaleras a la salida del templo, hasta el coche fúnebre, donde ya serán ayudados por los operarios de la funeraria para introducirlo en él. El cortejo fúnebre solo lo compondrán los 22 miembros de la familia Franco.

Si finalmente el traslado puede hacerse en helicóptero, el coche se dirigirá a uno de los dos aparcamientos a ambos lados de la basílica, donde habrá una nave en cada uno de ellos. El traslado por aire lo realizará militares del Grupo 45, encargado de los aviones oficiales que transportan a los miembros del Gobierno. Junto a los restos, en el helicóptero viajarán la ministra Delgado, otro de los nietos del dictador, Francis Franco, y alguna otra autoridad del Estado. Aterrizará en el campo de tiro de la Guardia Real cercano.

Mientras, el resto de la familia llegarán a El Pardo en coche y llegarán al cementerio atravesando una carretera que irá cortando otros tres círculos de seguridad que, una vez más, impedirá todo contacto entre ellos y los medios de comunicación y también alejarán a la comitiva de las manifestaciones, de partidarios y detractores del dictador, con las que ya cuenta el Gobierno.

A diferencia de la basílica del Valle de los Caídos, donde la exhumación se hará en presencia de la ministra de Justicia o de un notario, al panteón de Mingorrubio solo entrarán los 22 miembros de la familia Franco y los operarios de la funeraria, así como los dos religiosos, el prior Cantera y el sacerdote Tejero.

Concluido el proceso, el Gobierno espera poder retirar la seguridad de Mingorrubio lo antes posible. Además espera que la reapertura al público del Valle de los Caídos no se demore más allá del martes de la semana siguiente, el 29 de octubre. Un día después de la exhumación, el 25 de octubre, sería demasiado precipitado, puesto que aún habrá que tapar el hueco que deje la lápida con un enlosado igual al resto del altar mayor de la basílica. Así, se aprovechará el primer día de la semana siguiente tras el lunes, día de descanso habitual.

En lo sucesivo, el panteón de los Franco en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio seguirá siendo de titularidad estatal, a pesar de que el Gobierno llegó a ofrecer a los Franco que lo compraran -a precios públicos-, para evitar que un futuro Gobierno pudiera tomar alguna otra decisión sobre el emplazamiento de los restos del dictador. Los Franco rechazaron tal posibilidad.

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