Francisco Álvarez Cascos y la que fuera su tercera mujer, María Porto, han decidido poner fin a su relación, después de 15 años compartiendo vida... pero no casa. Aunque la pareja había negado en anteriores ocasiones que se encontraba sumida en una crisis sentimental, según han contado fuentes cercanas al exvicepresidente del Gobierno y a Porto a la revista Semana, habían tomado la decisión de vivir en casas separadas para facilitar la convivencia. "Llevamos un tiempo separados, pero en buena armonía", ha llegado a comentar ella a sus círculos más cercanos, para justificar la ruptura espacial y despejar cualquier duda de conflicto.

El divorcio aún no se ha efectuado de forma legal. Pero, según cuentan algunas fuentes al diario El Mundo, la pareja hace cuatro años que vivía en casas separadas; dejando patente que la ruptura, dentro de los márgenes de la normalidad, será menos difícil, al menos, en lo que a la rutina se refiere.

Álvarez Cascos y Porto iniciaron su relación en 2004, después de que ambos hubiesen estado casados con otras personas. Por su parte, el que fuera ex vicepresidente del Gobierno de José María Aznar y uno de los testigos de la trama de corrupción Gürtel, estuvo primero casado con Elisa Fernández Escandón, con quien tiene cuatro hijos; y con Gema Ruiz Cuadrado, con quien también comparte dos hijos. María Porto, antes de estar con el político, fue esposa de Virgilio Cano, consejero del socialista y presidente autonómico por Madrid Joaquín Leguina, con quien tiene un hijo.

Claro que, su bagaje amoroso no les impidió enamorarse en 2004 (a pesar de las diferencias de edad –se llevan 22 años– y de ideologías –él pertenece al PP y ella siempre ha estado relacionada con la izquierda–) y casarse dos años después. Un romance que han mantenido durante 15 años y que, al parecer, ha fracasado por la distancia. Y es que Álvarez Cascos vive en Asturias, mientras que ella reside en Madrid; por lo que su vida marital quedaba reducida a algunos fines de semana.