Hay varios lugares donde actúan frecuentemente los ‘graffiteros': entradas a garajes, pasadizos subterráneos como el que une la avenida Rufo Rendueles con el parque de Isabel la Católica, la calle Fortuna Balnearia y varias fachadas en los barrios de Pumarín y Montevil, al sur de la ciudad. Pero las paredes de Gijón no sólo están llenas de ‘graffitis'. También se retiraron una cantidad similar de carteles (9.116 metros cuadrados) a lo largo del año pasado.

No todos se borran

La ordenanza municipal prohíbe hacer pintadas -con multas de entre 60 y 90 euros- pero el Ayuntamiento no borra todos los ‘graffitis' sistemáticamente. Según Miguel Acevedo, de Emulsa, «a veces, cuando son murales de mucha calidad, se mantienen, porque son como obras de arte», dice.

El presupuesto de 2008 para la limpieza es de 34,4 millones de euros, lo que supone que cada gijonés pagará 124€ por este servicio al año.

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