Continúa la búsqueda de cadávares en la estación de King's Cross

Temperaturas de más de 60º y el polvo tóxico han convertido en un infierno esta estación, donde los servicios de emergencia intentan rescatar los cadáveres atrapados en el tren.

Los equipos de rescate siguen trabajando en condiciones extremas en el interior del túnel de la estación de Metro de King's Cross, el escenario más sanguinario de los cuatro atentados del jueves pasado en Londres.

Temperaturas de más de 60º y el polvo tóxico han convertido esta estación en un infierno para los servicios de rescate. La Policía londinense no ha informado aún del número de cadáveres que ya se han rescatado ni de los que podrían seguir atrapados entre los amasijos de hierros, pero se calcula que pueden ser más de 20. 

Otras de las dificultades a las que se enfrentan los servicios de rescate es la posibilidad de que la estructura del túnel del suburbano se haya visto dañada por la explosión, lo que pone en serio peligro a los operarios. De hecho, las labores de rescate se paralizan por la noche.

La Policía sigue manejando las mismas cifras de muertos de los últimos días: 49 en total, de los que 21 corresponden a la bomba que estalló en el metro que circulaba entre las estaciones de King's Cross y Russell Square.

Cifra que aumentará cuando se informe del número de cuerpos que han sido rescatados de esta estación.

Una de las líneas más profundas

La línea de Picadilly es la segunda más profunda del metro londinense. Tiene 21,3 metros de profundidad y su túnel es muy estrecho, unos 3,5 metros de diámetro, por lo que apenas 15 centímetros separan las puertas del tren de las paredes de la galería.

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