En su declaración en la Audiencia Provincial de Sevilla, el procesado H.L.A., para quien la Fiscalía reclama cinco años de cárcel y las acusaciones particulares seis años, sostuvo que él no manejaba ordenadores en la empresa para falsificar facturas y dijo desconocer las pólizas de descuento que habían concedido los dos bancos, es más, aseguró incluso que "nunca" ha llevado documentación a ninguna entidad.
"Yo hacía una especie de prácticas, no tenía ninguna responsabilidad", aseguró el sujeto, quien agregó que "no tenía ni idea de lo que pasaba por allí". "Yo lo único que hacía con las facturas de venta de muebles era meter los datos en un ordenador".
Un becario muy avanzado
Uno de los letrados de las acusaciones particulares dijo al acusado que "para no saber nada era un becario muy avanzado" porque cuando cerró la empresa de su padre montó él una propia que también se dedicaba a la venta de muebles de oficina.
El principal acusado, J.M.L.R. no ha acudido a la vista oral porque, según confirmó el propio abogado y su hijo, "ha sufrido un infarto y se encuentra en estado de depresión superior", circunstancia que ha sido acreditada por un médico forense.
De esta manera, la vista continuará hoy en la Sección Cuarta de la Audiencia sevillana, aunque sólo se enjuiciará al hijo del acusado, quedando la causa del padre para cuando mejore su situación personal.
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