El condenado fue detenido el pasado verano en Madrid después de una denuncia que le acusaba de utilizar la tarjeta de crédito de forma ilegal y que supuso un gasto total de 6.978 euros durante seis meses en 2017.
El propio Jordi A.F. contaba con más de 25 requisitorias judiciales, lo que le convertía en uno de los ciberdelincuentes más buscados en toda España. Los agentes pudieron rastrear hasta 30 tiendas online fraudulentas gestionadas por el condenado en el tiempo que duró la operación como han señalado fuentes judiciales a Europa Press.
Con ello se pudo confirmar que los ingresos del condenado cada mes superaban, incluso, los 300.000 euros, contando con un grupo de trabajo a sus órdenes que contaban con un sueldo mensual.
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