El matrimonio de Ciudadanos con Valls ha llegado a su fin. La formación naranja confirmó este lunes que rompe con el dirigente después de que este facilitara con sus tres votos la investidura de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona. Inés Arrimadas explicó que, con esta decisión, los tres concejales de Cs que formaban parte de la candidatura de Valls pasarán a tener grupo propio en el Consistorio con tres concejales –por otros tres de Valls–.

"Somos la voz del constitucionalismo y queremos tener voz", dijo, evidenciando así el distanciamiento con un Manuel Valls que ha sido muy crítico con los planteamientos de Rivera tanto en los pactos municipales y autonómicos –por la presencia de Vox– como en lo relativo a la investidura de Pedro Sánchez.

Ciudadanos escuda este movimiento en la continuidad de Colau. "Ya hemos visto que la primera decisión ha sido poner el lazo amarillo en el Ayuntamiento, ha hecho lo mismo que habría hecho Ernest Maragall". Para Arrimadas, la diferencia entre Colau y Maragall es, por tanto, "mínima". Durante las negociaciones, la dirección naranja dejó claro que su opción era investir al candidato del PSC, Jaume Collboni, que ni siquiera se barajó como alcaldable.

Ciudadanos no se ha movido de ahí, como tampoco lo ha hecho en lo relativo a una posible abstención para la investidura de Pedro Sánchez: los de Rivera se mantienen en el 'no'. Y la posición parece inamovible a pesar de las críticas recibidas incluso por los fundadores de la formación. Inés Arrimadas restó importancia a esas opiniones y se apoyó en lo que es "una decisión de la dirección". "Sí tendríamos un tsunami de críticas si cambiamos nuestra postura, no podemos sumar nuestros votos al sanchismo", sentenció.

En palabras de la portavoz, Cs tiene la "obligación" de no ceder ante el PSOE. "No vamos a hacer presidente a Sánchez con nuestros votos porque el sanchismo es malo para España" y porque "está permitiendo que su partido gobierne con Junts per Catalunya y con ERC en muchos municipios de Cataluña", sostuvo, y además calificó de "auténtica vergüenza" los contactos de los socialistas con EH Bildu en Navarra. Desde la sede de Alcalá dejan claro cuál es su lugar: "Vamos a mantener nuestra palabra y vamos a estar en la oposición". En ese escenario, Ciudadanos reafirma que, salvo excepciones, es reacio a cualquier pacto que incluya a formaciones de izquierda, priorizando, como se ha visto a nivel municipal, al PP. En términos autonómicos también insistirá en ese camino.

Esta rotundidad tuvo respuesta de boca de José Luis Ábalos. El secretario de Organización del PSOE aseguró que Sánchez se presentará a la investidura para "asegurar la gobernabilidad del país", y lo hará "pronto" a pesar de no tener los apoyos cerrados. "Nosotros no podemos hacer un gobierno ni plantear un proyecto de país a base de situaciones locales, particulares, por muy importantes que sean", aclaró.

Esos tira y afloja fueron los que aprovechó Ábalos para criticar a PP y Ciudadanos. Acusa a ambas fuerzas políticas de pactar con Vox para "mantener el cinturon de hierro" contra el PSOE. Fue especialmente duro con el líder naranja: "El señor Rivera debería irse al PP", esgrimió sobre lo que desde Ferraz consideran un giro a la derecha por parte de Ciudadanos.