Es uno de los narcotraficantes vivos más peligrosos y ha protagonizado ya dos fugas de prisión y por eso El Chapo Guzmán está encerrado en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York, una prisión de máxima seguridad donde sólo hay 750 presos, muchos de ellos, como el narco mexicano en régimen de aislamiento.

El sanguinario narcotraficante pasa 23 horas al día en su celda y tan sólo sale de allí una hora al día para ir a otra sala en la que realiza una hora de ejercicio.

Por eso, El Chapo y sus abogados han hecho una solicitud por la que quieren que el preso tenga al menos dos horas a la semana para estar al aire libre.

Además, la solicitud incluye que El Chapo tenga permiso para visitar el economato de la prisión para comprar dulces y chucherías y que se le proporcionen unos tapones para los oídos.

Sin embargo, dada su peligrosidad y antecedentes de fugas, el juez ha denegado todas las peticiones. Estar al aire libre le parece al juez extremadamente peligroso por una posible fuga.

Los tapones de los oídos se le han denegado por una cuestión de seguridad, pues podrían impedirle oír las instrucciones de los guardias en caso de emergencia.

Joaquín El Chapo Guzmán, antiguo líder del cártel de Sinaloa, fue declarado en febrero culpable de diez delitos de narcotráfico, entre los que se incluían liderazgo y mantenimiento de una empresa criminal continuada, tráfico internacional de drogas, uso de armas de fuego y blanqueo de dinero procedente de la venta de narcóticos y por los que fue condenado a cadena perpetua.