El gobierno catalán ha evitado enfrentarse con el Ejecutivo central por el proyecto del trasvase del Segre a Barcelona y ha subrayado que esta medida es la "ultimísima solución" que se baraja para garantizar el suministro de agua potable a todos los ciudadanos, "vivan donde vivan".

Pese a la insistencia de los periodistas, el conseller de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal ha eludido referirse a la

negativa del Ejecutivo central a autorizar este trasvase y ha señalado que, por el momento, ni José Luis Rodríguez Zapatero ni José Montilla, presidentes estatal y autonómico, respectivamente, han mantenido contacto alguno para abordar esta cuestión.

El conseller ha explicado que la Generalitat, a través del departamento de Medio Ambiente, baraja un conjunto de actuaciones para hacer frente a la extrema sequía que sufre Cataluña, que está a sólo un paso de entrar en

situación de emergencia, lo que implicaría la aplicación de

restricciones de agua en el uso doméstico.

Entre estas medidas está la captación temporal de agua de la cabecera del

río Segre, un proyecto, ha subrayado Nadal, que sólo se ejecutaría como "solución extrema" y en caso de máxima necesidad. Así, respecto a la posibilidad de trasvasar agua del río

Ródano a Barcelona, tal y como plantea CiU, Nadal ha dicho que no es una medida que el gobierno se plantee "ni ahora ni en un futuro inmediato", puesto que su puesta en marcha

no sería antes de quince años, aunque ha recordado que "ninguna solución se descarta a medio y largo plazo".