Ignacio Aguado (Madrid, 1983) llega a su momentum electoral. Tras el primer test de 2015 y dos investiduras al PP (la de la dimitida Cristina Cifuentes y la de su ahora compañero de filas Ángel Garrido), el líder de Ciudadanos reivindica su turno. Los resultados del 28 de abril le obsequiaron un sorpasso a los populares en la Comunidad y decenas de municipios que ahora pretende propulsar con promesas concienzudamente efectistas. A saber: baja fiscalidad, ampliaciones horarias y geográficas de Metro y guarderías en los hospitales. Mientras alude al "riesgo real" de que la izquierda sume el próximo 26-M, llama a la "movilización" y mantiene su veto al PSOE, incluso para una abstención técnica. Él necesitará a Vox. "Propondré un programa", afirma. "Y que decidan".

Ha criticado el trabajo de Tezanos en el CIS, pero su barómetro para las generales fue de los más certeros. ¿Teme que se cumpla el de las autonómicas, que le da el gobierno al PSOE?

Con nosotros fallaron el 28-A. Ni me lo creía antes ni me lo creo ahora. Además, es mercancía caducada, porque el trabajo de campo se hizo antes de las generales. Cs sorpassó al PP por 80.000 votos y fue primera fuerza en muchos de sus feudos. El PSOE es una máquina de desprestigiar instituciones. Al margen de que Tezanos intente condicionar la opinión pública, nuestro objetivo para el 26-M es ganar.

¿Estas elecciones son una pelea por ver quién lidera la derecha?

No aspiro a competir contra el PP sino contra el riesgo real que supone Pedro Sánchez y un PSOE gobernando con Íñigo Errejón y Podemos. Hay que unir fuerzas y, si conseguimos un escaño más, yo voy a tender la mano a todos los que apuesten por evitar ese peligro.

¿Ven fácil lograr ese escaño?

No. Esta campaña va a ser decisiva. Nos jugamos mucho, que después de 24 años de gobiernos monocolor se pueda producir un cambio. A peor o a mejor: un modelo conformista y en manos de Errejón u otro de futuro, libre, europeísta y con bajos impuestos. No podemos quedarnos mirando después del 28-A: llamamos a la movilización.

¿Mantendrá el veto a Ángel Gabilondo? Él bromea con que le acusen de ser un 'peligroso independentista'.

Yo no se lo he llamado, pero es el candidato del PSOE y nunca se ha salido de las tesis de Sánchez. Le diseñan hasta las listas y ha hecho la vista gorda con lo que ha ocurrido en Cataluña. En la Asamblea, Gabilondo ha votado en contra de rechazar indultos a los golpistas.

¿Negociará Cs con Vox?

Voy a trabajar para que haya un gran centro liberal y que los madrileños no opten por extremos, porque, si son decisivos, tendremos una legislatura estéril, con muchas guerras dialécticas y poca política útil. Si me corresponde formar gobierno, presentaré un programa atractivo para que el resto de formaciones no pueda votar en contra. Mi intención es tender la mano al PP para un ejecutivo de coalición o para gobernar con su apoyo.

Pero, ¿se sentará Cs a negociar ese acuerdo con Vox?

Presentaré un programa y que el resto decida. Si Vox es necesario y prefiere votar en contra y permitir que gobierne el PSOE con Errejón, tendrá que explicárselo a sus electores.

Y, para evitar que Vox sea decisivo, ¿Cs contempla abstenerse en una investidura del PSOE?

No. Lo único que contemplamos es ganarles para que la Comunidad sea un muro ante el sanchismo y el comunismo, su contrapeso. Yo me comprometo a que, a cada subida fiscal de Sánchez, haya una rebaja aquí. Y, a cada dedazo, más libertad.

¿Votaría a favor de Isabel Díaz Ayuso, como ella afirmó que haría con usted?

Ese escenario no es viable hoy. Creemos que los resultados del 28-A van a ser extrapolables y tendrá que ser ella la que nos apoye. Lo ha dicho públicamente y se lo agradezco. Sin embargo, si eso no se produjera, en esta legislatura hemos demostrado que somos responsables y llegaríamos a un acuerdo si fuera necesario.

¿El fichaje de Ángel Garrido será un obstáculo en esa negociación?

Es alguien que no estaba de acuerdo con su partido ni con su deriva de los últimos meses y creo que es un activo si hiciera falta. Para acordar con el PP contaré con un equipo de negociación que sume. Pero, si entendemos que Ángel Garrido no es bien querido por el PP y le rechazan, buscaremos otras alternativas. Honestamente, me parece que una persona a la que conocen en las dos partes puede ser un buen interlocutor.

¿Cómo se vende un mensaje renovador fichando a un expresidente del PP y tras cuatro años de pactos con ese partido?

Todo el equipo es de renovación. Hemos incorporado a Javier Luengo, de Plena Inclusión, a Luis Pacheco, expresidente de la patronal del comercio, a Carla Santiago, del Secretariado Gitano... Cs es el partido que más se parece a Madrid. ¿Que además sumamos a personas defraudadas con sus formaciones? Sí, pero eso es bueno. Si viene gente de la valía de Garrido que conoce la Comunidad porque la ha gobernado, es bienvenido. Nosotros seguimos abiertos al talento y seguramente se incorporen más nombres que no están en listas, pero que podrían ser perfiles para Consejerías.

Cs dice que la izquierda aumenta el gasto con sus promesas, pero sus anuncios también conllevan más inversión y, además, una rebaja de la recaudación. ¿Les salen las cuentas?

En los últimos tres años, la Comunidad ha crecido por encima del 3%. Cuanto más creces, más ingresos generas. Sin embargo, si subes los impuestos, frenas la economía, dejas de crecer (porque hay menos consumo) y, por tanto, las empresas empiezan a despedir a gente y aumenta la pobreza. Si con políticas fiscales bajas hemos conseguido aumentar los ingresos, no deberíamos tocarlo, sino gestionarlo de forma eficiente. La mejor manera de poder llegar a cubrir todas las necesidades de los madrileños en sanidad o educación no es friendo a impuestos a las clases medias. Ni a las altas, ni a las empresas.

¿Qué proponen en transportes?

Hemos anunciado una ampliación de la línea 3 hasta Los Espartales, en Metrosur, y la apertura del Metro las 24 horas en fin de semana. También, queremos seguir invirtiendo en infraestructuras puntuales para los nuevos barrios que van apareciendo. Si soy presidente, ampliaremos la 5 desde Alameda de Osuna hasta el aeropuerto (que quedará conectado por dos líneas) y, desde allí, hasta Valdebebas. Es algo urgente, en Valdebebas hay 20.000 vecinos que necesitan las mismas dotaciones que el resto de madrileños. Esta conexión favorecerá al turismo y, también, a los residentes en Alameda de Osuna, que están a escasos metros de Barajas.

Sobre la ampliación a Getafe, ¿por qué no a través de El Casar, que es el proyecto que ya estaba diseñado? ¿Para diferenciarse del PP?

No sabíamos que la propuesta del PP fuera llevarlo a El Casar.

El convenio se firmó antes de la crisis.

Pero tienen tantas propuestas que se quedan en el cajón... No sabíamos que Díaz Ayuso tuviera esta intención. En cualquier caso, lo bueno es que, si nos toca gobernar, ya sabemos que estamos de acuerdo y que eso es necesario. Nosotros creemos que es mejor Los Espartales porque es la que está más cerca del estadio del Getafe y puede dar cobertura a los aficionados. Y porque en El Casar ya hay Cercanías y queremos redistribuir las inversiones.

¿Contratarán a más maquinistas?

Hace falta aumentar el material rodante –que lleva tiempo– y el personal, para lo que invertiríamos 60 millones al año. También, aumentar los costes de seguridad en otros tres millones.

¿Qué harían con el protocolo anticontaminación de la Comunidad?

Tener uno solo. No tiene sentido que haya 17, uno por cada municipio de más de 75.000 habitantes. Hace falta que el transportista que sale de Alcalá sepa qué medidas hay en Fuenlabrada.

¿Incluirían restricciones al tráfico privado?

Si queremos evitar que haya contaminación, hay que tomar medidas de toda magnitud, desde incentivar el uso del transporte público, a incentivar que se deje el coche en casa. Y, en algunos lugares (especialmente en el centro de las ciudades), habrá que ver dónde se puede acceder con el coche y dónde no, siempre que haya alternativas y no se perjudiquen los intereses del barrio ni de los comerciantes.

Por cierto, ¿usted también cree que criticar el empleo basura es ofensivo?

Ayuso lleva bastantes días haciendo declaraciones un tanto desafortunadas. Si queremos hacer frente al populismo, no nos podemos permitir meteduras de pata y hay que tener claro el adversario real: Sánchez, el PSOE y Errejón.