El único superviviente del crimen de Adeje, Jonas, de unos 5 años, ha testificado en prueba preconstituida en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Arona (Tenerife). Una prueba preconstituida se da cuando se prevé que una prueba que se debería practicar en el acto del juicio va a conllevar una gran dificultad –en este caso, que un menor que no habla español declare sobre cómo su padre asesinó a su madre y hermano–. Entonces, se procede a su práctica durante la fase sumarial.

Así, para no perjudicar mucho al niño, que ya de por sí se encuentra en una situación psicológica delicada en la que "va a necesitar atención absolutamente continuada", según la psicóloga experta en traumas y violencia de género Timanfaya Hernández, la titular del juzgado, Carmen Marín, ha optado por grabar el testimonio del pequeño para evitar que tenga que volver a declarar en sede judicial y así minimizar los "efectos de victimización", han informado fuentes jurídicas a la agencia Efe.

En el interrogatorio han estado presentes la representación del Ministerio Fiscal, la defensa del acusado y un equipo técnico especializado en tratar con menores en este tipo de situaciones. La tutela del niño, que en un principio se creía que iba a pasar rápidamente a manos de un familiar que en teoría se estaba desplazando desde Alemania hasta la isla, la sigue manteniendo el Gobierno de Canarias, aunque un sacerdote lo visita con autorización judicial y de la familia, cuestión que se resolverá judicialmente en breves.

El pequeño, de origen alemán –al igual que el resto de su familia– fue hallado el martes 23 de abril en La Quinta, una zona con pocos habitantes ubicada en el paraje natural del alto de Adeje. Estaba en estado de shock, "asustadito y coloradito", según describieron algunas vecinas, y venía de huir de la muerte, que sí alcanzó a su madre, Silvia, de 39 años, y a su hermano Jakob, de 10: ambos presuntamente asesinados por su padre, Thomas Handrick (43).

Según relató el pequeño a las autoridades locales con la ayuda de una vecina que hizo de traductora, su padre empezó a agredir a su madre y a su hermano con piedras en una cueva. Las peores sospechas se confirmaron al día siguiente: un amplio dispositivo de búsqueda formado por más de 100 efectivos, perros y hasta dos helicópteros encontró los cuerpos sin vida y con traumatismos (signos de la violencia por la que murieron) en una cueva ubicada entre el barranco del Burro y el barranco del Infierno, una zona de senderos muy transitada por los turistas y a la que es bastante complicado acceder por casualidad.

El padre, que se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza desde el viernes de la semana pasada –cuando la jueza Marín le imputó dos delitos de homicidio o asesinato consumado y uno de tentativa de homicidio o asesinato–, fue detenido el mismo día que el hijo que consiguió huir narró el episodio de violencia que presenció antes de escapar. La Guardia Civil pudo dar con el hombre gracias al registro del domicilio que anotó un día antes cuando fue a alquilar un coche, la misma fecha en la que llegó su familia del país germano.

Los investigadores sospechan que Thomas empezó a planear el crimen en la casa a la que se había mudado hacía dos meses, en Adeje Casco, según El País. De hecho, su plan era matarlos a todos, pero Jonas consiguió escabullirse y frustrar su estrategia, pues si no hubiese sido por la declaración del niño "dios sabe cuándo nos hubiéramos enterado", declaró el alcalde del municipio tinerfeño, José Miguel Rodríguez Fraga, después de que la Guardia Civil diese con los cadáveres.