Queda un mes para que HBO emita el esperado final de Juego de Tronos y el canal no para de lanzar teasers que no hacen más que aumentar la ansiedad de los fans.

También los propios protagonistas de la ficción van dejando pequeñas píldoras de lo está por llegar, entre ellos, Emilia Clarke (Daenerys Targaryen). Cuando comience la octava temporada, que se estrena el 14 de abril, la reina se encontrará en un territorio completamente nuevo: en Invernalia con los Starks, al borde de una guerra contra los no muertos.

Clarke habló con Harpers Bazaar y explicó que ningún otro trabajo que ha hecho puede compararse a su experiencia en GoT, para bien o para mal. "Juego de tronos es, probablemente, lo más difícil que rodaré porque es un trabajo muy físico y estás en un corsé", enfatiza.

"Los lugares en los que estás con un clima muy extremo... las horas se hacen muy largas y hay mucha tensión en cada personaje a medida que se acerca el final. Se nota mucha tensión en la habitación y estar tan concentrado en el personaje es agotador ", comenta.

Y ahora que la serie se acaba ella siente que ha sido una especie de liberación: "Como quitarse metafóricamente el sujetador al final del día, salvo que ha sido una experiencia de diez años".

Antes de quedarse sin sujetador (metafóricamente, claro) la 'madre de los dragones' confensó que "rompió a llorar" después de filmar su escena final como Khaleesi.

"Comencé a dar un pequeño discurso, no porque sea una persona pretenciosa sino porque es lo que hacíamos cada vez que nos despedíamos de un personaje. En ese momento, David Benioff y Dan Weiss, los showrunners, entregaban un regalo al actor en cuestión con todo el equipo presente", contó Clarke.

"Solo pude decir tres palabras antes de venirme abajo por completo. Me eché a llorar como una idiota", añadió.