La puesta en marcha de los semáforos en la A-5 por parte del Ayuntamiento de Madrid será desde este martes una realidad que los vecinos de Latina llevan esperando décadas, hartos de soportar las molestias (ruido, contaminación...). La medida, sin embargo, cuenta con la oposición de los municipios del suroeste y sus habitantes, que temen más atascos y multas en la entrada a la capital por la autovía.

La alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, se ha convertido por la medida en objeto de las críticas de los regidores de municipios como Alcorcón (PP), Móstoles (PSOE), Arroyomolinos (Cs) o Navalcarnero (PSOE), de diferente signo político pero unidos por esta causa. Acusan a Carmena de falta de diálogo, de bloquear el acceso de sus vecinos a la capital y de generar más atascos. Los municipios de Alcorcón y Móstoles han asegurado en un comunicado sentirse "despreciados" por esta decisión "unilateral" adoptada por parte del Ayuntamiento de Madrid.

Los dispositivos de regulación del tráfico están colocados entre el kilómetros 6.5 y 5.7 del paseo de Extremadura (A-5) y comenzarán a funcionar ahora en una primera fase, con lo que se dará el primer paso para la "transformación de la autovía en calle de Madrid", informó el Ayuntamiento. La velocidad de circulación en ese tramo seguirá limitada a 70 km/h, excepto en las zonas de aproximación a los semáforos, donde quedará limitada a 50 km/h.

Se abrirán además dos nuevas conexiones con la A5 desde la avenida de los Poblados y la calle Carabias. También quedará señalizado un nuevo carril-bus exclusivo en ambos sentidos de circulación de esta vía, entre los puntos kilométricos 3.7 y 8. Estas actuaciones se complementan con el radar de tramo que ya está en funcionamiento en fase informativa (multará hasta el 15 de abril) entre los puntos kilométricos 4 y 5.7.

En una segunda fase, que se llevaría a cabo dentro de varios meses, se completaría la transformación de la zona con actuaciones que incluirían pasos a nivel para peatones y ampliación de aceras. La velocidad en esta fase sí se reduciría ya a 50 km/h en el tramo de 11 kilómetros entre Cuatro Vientos y Batán.

Los vecinos de los barrios de Batán, Lucero, Aluche y Campamento, en el distrito de Latina, esperan que el proyecto se materialice cuanto antes.

"Hay que ser prudentes pero después de 50 años nuestra paciencia ha tenido recompensa", señala Antonio Rey, de la asociación de vecinos de Aluche. Rey añade que ya es hora de corregir "una anomalía urbana que es única en Europa" y apela a la comprensión por parte de los residentes del suroeste: "Seguro que no les gustaría que una autopista de ocho carriles pasase por medio de sus municipios".

Más al sur, esta problemática se ve de otra manera. "Lo que más tememos es el chorreo de multas que nos va a caer", asegura Carlos Piñeiro, presidente de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos de Móstoles. Piñeiro cree que "habrá más atascos" en una autovía que ya sufre importantes congestiones en las horas punta.

El propio Ayuntamiento de Madrid admite en el dossier del proyecto que cuando la medida esté implementada por completo (con semáforos en ambos sentidos) habrá 2.500 vehículos más parados (ahora circulan unos 125.000 al día), por lo que los atascos aumentarán un 350%.