La plaza de Fernández Ladreda, más conocida como Plaza Elíptica, es el punto negro de la contaminación en la capital. Desde que en 2010 se implantara la red municipal de medición, esta zona entre Carabanchel y Usera ha registrado casi siempre los mayores niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). El culpable de esta situación es el tráfico que soporta este espacio. No en vano, Plaza Elíptica alberga un intercambiador de transportes y es atravesada por la A-42 (autovía de Toledo), carretera por la que transitan a diario miles de vehículos.

Para reducir el tráfico rodado y mejorar la calidad del aire, el Ayuntamiento de Madrid se ha planteado de cara a la próxima legislatura transformar en vía urbana el acceso a Plaza Elíptica por la A-42 mediante la colocación de semáforos y pasos de peatones, una medida similar a la que se puso ayer en marcha en la A-5. "En la próxima legislatura se analizarán todas aquellas medidas y actuaciones que vayan en favor de la lucha contra el cambio climático y de la mejora de la calidad del aire", afirmó este martes José Manuel Calvo, delegado de Urbanismo Sostenible, quien reconoció que el Consistorio "ya se ha planteado" actuar en la entrada de la A-42 a la ciudad, aunque no puede "anticipar qué medidas va a tomar el Gobierno la próxima legislatura".

"En este momento estamos concentrados en garantizar que la primera fase de la transformación de la A-5 en vía urbana sea un éxito", concluyó Calvo. Los semáforos de la A-5 comenzaron a funcionar poco antes de las 11.30 horas, cuando la luz ámbar activada el pasado lunes pasó a verde. Así, se evitó el tráfico intenso de entrada a la capital que se produce a primera hora de la mañana. Este hecho permitió que su primera jornada de funcionamiento transcurriese con relativa normalidad y sin grandes atascos.

El propio Ayuntamiento de Madrid reconoció en el dossier del proyecto que cuando la medida esté implementada por completo (con semáforos en ambos sentidos) habrá 2.500 vehículos más parados (ahora circulan unos 125.000 al día), por lo que los atascos aumentarán un 350%.

Solo hubo un pequeño incidente pasadas las 12.00 horas, cuando un vehículo que iba demasiado rápido (la velocidad máxima permitida es de 70 km/h) tuvo que frenar en seco al ver el semáforo en rojo y el coche que iba detrás no pudo frenar a tiempo.

El rechazo político lo visibilizó la candidata del PP a la presidencia de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, quien se concentró junto a alcaldes y concejales del PP en la A-5 para mostrar su rechazo a los semáforos bajo el lema 'Un millón de vecinos del sur bloqueados, no a los semáforos de la A-5'. En una de las pasarelas de la autovía, Ayuso tachó la medida de "imposición ideológica, arbitraria e injusta" para los vecinos de localidades como Alcorcón, Móstoles, Arroyomolinos o Navalcarnero, cuya principal vía de acceso a la capital es la A-5.

La Comunidad de Madrid no se plantea emprender acciones judiciales contra los semáforos de la A-5, como hiciera con Madrid Central, pero tacha las decisiones que ha tomado el Ayuntamiento de la capital para mejorar la movilidad y la calidad del aire como "lamentables". Así lo indicó el vicepresidente regional, Pedro Rollán, que recalcó que "cada vez más Madrid está más atascada y, por consiguiente, más contaminada".