En ocasiones el arte (y más si es contemporáneo) se percibe como algo de difícil bocado. Como una suerte de espinacas mondas y lirondas de difícil deglución. Pero ¿qué tal con bechamel? Mucho mejor. Pues el humor puede ser esa salsa que algunas disciplinas artísticas necesitan para ser devoradas por el común de los mortales.

Después de quedar claro que el que suscribe irá al infierno por esta metáfora, podemos plantear estas preguntas: ¿Es posible llorar de risa y de emoción al mismo tiempo hablando de arte? ¿Puede ser el humor un canal de acceso a las disciplinas artísticas? Son las cuestiones a las que intenta responder Duólogos, un ciclo de espectáculos en el que reconocidos cómicos, aún en libertad, se suben a un escenario con artistas de otras disciplinas para realizar una serie de shows experimentales.

El Auditorio Conde Duque acoge estos encuentros donde Ignatius Farray, Joaquín Reyes, Quequé, y Javier Cansado comparten espectáculo con la bailarina Poliana Lima, el artista conceptual Jaime Vallaure, los miembros de la compañía de teatro Grumelot (Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro), el escritor Ernesto Rodríguez y el clarinetista Daniel Broncano, respectivamente (este último espectáculo abrió el ciclo el pasado enero).

Además de emocionar y hacer reír a partes iguales Duólogos es también un tratado sobre las posibilidades del humor y la comedia. "El humor eleva cualquier otro tipo de arte. Es capaz de transportarse por todas las demás disciplinas, es muy versátil", explica Javier Cansado, que, haciendo amigos en el mundo del arte, hace ver que "cualquier creatividad, si no está teñida con el humor, es menor".

Ignatius lo ve con su habitual mezcla de cal y arena: "Emparejarnos con artistas de este tipo es bonito para la comedia, es una especie de reconocimiento. Por otro lado para la comedia que se le equipare con la alta cultura es nefasto. La comedia nunca se debe sentir cómoda con el reconocimiento, debe moverse en la decadencia y en el fango".

"El humor siempre se mira con cierta sospecha, porque se piensa que quita solemnidad y es cierto, pero también hace pensar, hace que el mensaje llegue con más facilidad. Es una herramienta para sorprender, para epatar, para incomodar... pero sobre todo es capaz de crear cercanía", destaca por su parte Joaquín Reyes, desplegando vocabulario.

A todos ellos, aprovechando que no tenían más remedio que atendernos, les preguntamos también por los límites del humor, uno de los temas más discutidos en los últimos años en las redes sociales, círculos del espectáculo y la política y en un pequeño pueblito de León llamado Mataluenga donde siguen mucho este asunto.

Rescatamos también las opiniones sobre el asunto de humoristas como Carlos Faemino, que asegura que el problema no es "la temática del chiste, si no que el chiste sea muy malo. Puedes reírte de todo si la broma es buena". Para José Mota "el humor es la vaselina que nos permite denunciar cosas que contadas tal y como son serían demasiado crudas". Porque, reflexiona, "sin humor en la vida, ¿en qué nos convertimos?.

"He hecho chistes que mientras lo digo me estoy dando cuenta de que he metido la pata. Como cómico, el sentimiento que más he tenido todos estos años es el de arrepentimiento y remordimiento", revela Farray, que confiesa que no es muy dado a "premeditar" sus chistes. "Por su profesión, los cómicos deben tener un margen y utilizarlo, pero eso no significa que no hayas metido la pata si te pasas".

"Los cómicos debemos ser conscientes de que la sociedad ha cambiado, que ya no se pueden hacer chistes sobre cualquier cosa. Los chistes sobre mariquitas o gangosos ya los hemos superado y no tenemos que llorar esa pérdida", asevera Joaquín Reyes. Y aunque los cómicos "no somos intocables", tampoco es "cuestión de judicializarlo". Todo depende, explica, "del enfoque del chiste".

"Estamos llegando a unos planteamientos muy edulcorados, nadie quiere hacer nada que se salga del camino porque te la juegas", reflexiona Javier Cansado. "Estoy a favor de la libertad, que la gente diga lo que quiera. Eso sí, si vas a hacer una broma dura, que sea una broma buenísima, que nos riamos muchísimo", plantea, y cita un monólogo de Gila en el que el genio decía:"Me habéis matado al hijo, pero cómo me he reído".

"En humor, como en tantas otras cosas, hemos ido para atrás. Hace quince o dieciséis años había mucha más libertad que ahora", aseguraba el humorista y guionista Enrique Domingo, más conocido como Flipy, en el blog Qué fue de... en 20minutos.es. "Creo que el límite del humor cada uno se lo tiene que aplicar como individuo, no como sociedad. En mi caso, yo nunca haría humor de alguien que realmente lo esté pasando peor que yo, ese es mi límite", hacía ver.

Carlos Faemino, pareja artística de Cansado en Faemino y Cansado explicaba por su parte que "la corrección política es la muerte de un pueblo, es la causante de la falta de libertad, hace que no puedas expresarte libremente. Si eres un juglar, que es lo que queremos ser, vas de aquí para allá y sobrevives, vas a tu bola. Pero si eres un bufón y al rey no le gusta el chiste, te va a cortar la cabeza. Quien dice rey dice los medios, o quien sea. El humorista tiene que ser independiente".

Estos son los Duólogos que se verán próximamente: Duólogos de los cuerpos armoniosos, por Ignatius y Poliana Lima (5 y 6 de febrero). Duólogos del Lienzo invisible, por Joaquín Reyes y Jaime Vallaure (19 y 20). Duólogos desde la tramoya, por Quequé y Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro (13 y 14 de marzo). Duólogo con rima asonante, por Javier Cansado, Ernesto Rodríguez y Daniel Broncano. (5 y 7 de abril).