Las autoridades de México registraron este lunes una nueva fuga de combustible a ocho kilómetros del lugar en el que este viernes se produjo una explosión en una toma clandestina de un oleoducto de la petrolera estatal mexicana en Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo.

La fuga se produjo alrededor de las 15.30 (hora local) y la zona fue acordonada por personal de Pemex, el Ejército y la Policía Federal, según informó el diario El Universal.

La zona en la que se ha producido la fuga es un área de cultivo despoblada. Las autoridades indicaron que no había personas cerca del lugar y hasta este lunes por la noche no se había detenido a nadie ni se había emitido un informe oficial.

Al menos 91 personas murieron como consecuencia de la explosión registrada el viernes en Tlahuelilpan, según un nuevo balance conocido este lunes. Además, medio centenar de personas continúan hospitalizadas por el incidente, ocurrido a raíz de una fuga en la tubería.

El despliegue de las fuerzas de seguridad no impidió que cientos de personas de municipios cercanos acudiesen a la zona para recoger combustible.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha prometido atender a las familias "de manera directa". "Esto va más allá de lo material, tiene que ver con lo humano, y no hay límites", ha destacado el mandatario este lunes en rueda de prensa.

El Gobierno analizará la situación de más de 80 poblaciones aledañas a los oleoductos con el objetivo de establecer un Plan de Bienestar con el que aspira a dar una "vida digna" a un millón de familias. Al mismo tiempo, también aspira a combatir el robo de combustible.