Hallan cerca del cementerio de El Campillo una bolsa con las llaves de Laura, un monedero y enseres de higiene

Efectivos de la Guardia Civil custodian la vivienda de la joven zamorana desaparecida en El Campillo, Laura Luelmo.
Efectivos de la Guardia Civil custodian la vivienda de la joven zamorana desaparecida en El Campillo, Laura Luelmo.
EFE
Efectivos de la Guardia Civil custodian la vivienda de la joven zamorana desaparecida en El Campillo, Laura Luelmo.

La Guardia Civil ha hallado una manta con restos de sangre de la joven zamorana Laura Luelmo en el punto kilométrico 167 de la N-435, cerca de Las Mimbreras, el paraje donde apareció el cuerpo el pasado lunes, informan fuentes de la investigación.

En el camino de acceso al cementerio de El Campillo (Huelva) han hallado también una bolsa de plástico con las llaves del coche y del domicilio de la maestra, además de un monedero y enseres de higiene.

La manta con restos de sangre está pendiente del análisis científico, aunque todos los indicios apuntan a que se trata de restos de la maestra de 26 años natural de Zamora. Tanto a la manta como a la bolsa de plástico han llegado los investigadores tras el interrogatorio de Bernardo Montoya, autor confeso del crimen.

Las llaves son del coche Kia de la joven y de la casa en la calle Córdoba de El Campillo que alquiló el pasado 4 de diciembre. Se trasladó a esta localidad desde Zamora para cubrir una baja en el instituto de Nerva. Tanto esta vivienda como la de enfrente, donde vivía Bernardo Montoya, están siendo objeto de análisis para recabar pruebas del crimen. También se analiza el coche Alfa Romeo negro del autor confeso.

Fuentes de la investigación han asegurado que no tienen pruebas concluyentes sobre el lugar exacto en el que Bernardo violó a Laura y la mató con un fuerte golpe en la frente, utilizando para ello "un objeto". "No hay pruebas concluyentes", según estas fuentes, de que la víctima fuera retenida contra su voluntad en la casa del autor confeso del crimen.

Intenó limpiar las manchas de sangre en la casa

Bernardo Montoya, el autor confeso del asesinato de la joven zamorana ha confesado que secuestró, intentó violar, sin conseguirlo, y dejó abandonada todavía con vida entre matorrales a la joven profesora zamorana. Sin embargo, la Guardia Civil está encontrando pruebas que revelan la inconsistente y falaz versión del detenido.

Los agentes creen, de hecho, que ni siquiera es verdad la forma en la que contó en dependencias de la Guardia Civil, cómo abordó a la joven. Si él ha dicho que ella le pidió la dirección de un supermercado, los investigadores sospechan que la introdujo a la fuerza en su vivienda. Allí, la aplicación de productos químicos ha revelado numerosas manchas de sangre que confirmarían que estuvo retenida y que fue golpeada con violencia.

Además, Montoya aseguró y juró que no había podido consumar la violación de Luelmo, pero tampoco en este aspecto crucial ha dicho la verdad el detenido. La autopsia ha confirmado que hubo agresión sexual.

El expresidiario, que ha vivido entre rejas la mitad de su vida, reconoció en su primera declaración los hechos, pero evitó autoinculparse de los delitos más graves: violación y asesinato. Según su versión de los hechos, que las pruebas contradicen, Montoya solo admitió haber propinado a la joven maestra un golpe en la cabeza y haberla abandonado todavía con vida.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento