Taylor Swift tiene tantos acosadores que ha sido objeto de un artículo de Psychology Today publicado en el mes de octubre.

Para poder detectar a los más conocidos, la cantante ha recurrido a la tecnología de reconocimiento facial para identificarlos. Algo así como James Bond con los artilugios que le da el MI6.

Mike Downing, director de seguridad de Oak View Group, una asesora para salas de conciertos que incluyen el Madison Square Garden (Nueva York) y el Forum (Los Ángeles), explicó a la revista Rolling Stone las medidas que se adoptaron en uno de los conciertos de Swift.

Al parecer, se instaló un quiosco en el que los fans podían ver vídeos de los ensayos de la cantante en el concierto Rose Bowl que se celebró el pasado mes de mayo.

Cuando una persona se paraba a ver la pantalla, se tomaba una imagen que se enviaba a un puesto de mando en Nashville donde se comparaba con una base de datos en la que están los cientos de acosadores conocidos que tiene la cantante.

Desde Human Rights Watch no ven correcto que no se informe a los asistentes al concierto de que se les están sacando fotos.  Sin embargo, como señaló The Guardian, Swift no está legalmente obligada a avisar al público ya que sus conciertos se clasifican como un "evento".

La cantante de Love Story ha recibido muchas amenazas, la más reciente en septiembre de este año. Finalmente, un juez estableció una orden de alejamiento contra Eric Swarbrick quien llevaba acosándola desde 2016 con cartas en las que aseguraba que iba a violarla e incluos matarla.

Por otro lado, en abril arrestaron a Julius Sandrock frente a la casa que Swift tiene en Beverly Hills: el hombre tenía en su coche un pasamontañas y un cuchillo. Sandrock le dijo a la policía que había viajado desde Colorado para ver a la estrella. En mayo, un juez impuso una orden de alejamiento.