Ana Belén regresa este viernes y lo hace con su primer disco con canciones inéditas en once años. Vida recoge ese mismo número de temas, once, que aúnan a una variedad de músicos nuevos y consolidados: desde Rozalén o Dani Martín a Pablo Milanés, Sabina, Jorge Drexler... Pero es la composición que da título al disco, compuesta por Víctor Manuel, la que, según la artista "resume todas las sensaciones del disco".

En el primer single Esta vida es un regalo se escucha "se evaporan las malas noticias que llenaron todos los diarios"...

Hay distintos tonos y sensaciones en el disco, pero parece que reina el positivismo...

No está mal dar un poco ese mensaje, ¿no? Están las cosas tan complicadas en el mundo que cuesta, a veces, dar un mensaje positivo. Pero aún así, el optimismo hay que trabajarlo. Si yo me dejase llevar, igual ni me levantaba de la cama. Me fuerzo cada día. No tenía esa intención, solo iba eligiendo canciones que me gustaban, me emocionaban, con las que me sentía de acuerdo... Pero si las elegí y dan esa sensación, será por algo. La vida no es Disneylandia, pero siento que tengo que dar gracias, con todo lo bueno, lo malo y lo regular que tiene.

¿Alguna de estas once canciones le ha tocado especialmente?

Me ha emocionado mucho la última canción, Cuento para dormir, porque habla de todo eso que sabemos que está sucediendo en el Mediterráneo. El hecho de que la canción sea como una nana donde aparentemente al principio no pasa nada y al final descubres que es la conversación de una madre con su hijo a punto de meterse en una lancha inflable para atravesar el Mediterráneo, me tocó.

Rozalén, Sabina, Dani Martín... ¿la definición de disco transgeneracional casa con Vida?

A lo largo de toda mi carrera siempre he tendido a esa mezcla: cuando conocí a Pedrito Guerra en Canarias; cuando grabé con Jorge Drexler, antes de ser tan famoso aquí... No vivo en una jaula rodeada por la gente de mi generación, que tenemos un lenguaje con el que entendemos. No, la sociedad es variada y afortunadamente esta profesión me permite tener contacto con gente de muchas generaciones. Es maravilloso.

Ese contacto y su trayectoria le da una visión privilegiada, ¿cómo valora el momento actual de la música en España?

Es un momento tan difícil. Sí, porque la música hace años que se devaluó. Víctor siempre lo dice. Luego han ido devaluándose otras cosas y, qué curioso, siempre tienen que ver con la cultura. ¿A quién no le interesa que los creadores puedan expresarse? Hoy hay mucha gente preparada, mucho más de lo que estábamos nosotros, que tienen interiorizado que no van a vivir de la música. Es una pérdida. Está muy jodido el mundo de la música.

Tampoco ayudará que la música está muy centrada en el éxito rápido, el espectáculo, la televisión, Operación Triunfo...

Hace ya mucho que está así. A mí no me parece mal Operación Triunfo: son chavales valiosos que durante unos meses tienen la oportunidad de aprender tanto, es como un máster. Ya me habría gustado a mí. Pero cuando acaban, ¿quién está ahí para aconsejarles cabalmente? Eso también es importante. Pero la devaluación de la música empezó cuando vimos nuestros CDs en el suelo y la gente se reía de la piratería. Y el pirateo ha venido para todos y ya es lo de menos.

Pasan los Gobiernos, llegan nuevos partidos... Pero la cultura siempre es su última preocupación.

¡Claro que lo es! Da mucha pena. Cuando hay presupuestos, toda la gente de la cultura, que no entendemos mucho de eso, miramos y pensamos que el dinero irá al cine, al teatro... Y ves que no, que hay otras prioridades, que puedo entender... pero, joder, siempre le toca a la cultura: es el patito feo.

¿Da igual quién esté en el poder?

No, hay matices. Hay gobiernos que no quieren tener un Ministerio de Cultura, sino una secretaría. Se ha creado una imagen de que del Ministerio comían unos muertos de hambre, estos de mala vida, los artistas. No se trata de que nos subvencione, yo no necesito que lo hagan para hacer conciertos. No, el Ministerio está para muchas cosas. ¿De qué estamos hablando? ¿Por qué se nos conoce fuera? Por Alomodóvar, por Amenábar, por Buñuel, Saura... Por nuestras artes plásticas, por nuestros escritores. Cultura tiene que estar bien dotado, porque abarca muchas cosas.

Víctor también acaba de sacar nuevo disco, ¿hay competencia?

(Se ríe) Por las noches nos damos unas hostias... No, es broma. Víctor ya está cantando en su gira y yo no voy a hacerlo hasta primavera, así que no hay competencia. Ya lo hemos hecho otras veces, no es excepcional. Lo que sí implica es más trabajo, porque siendo dos repartes más el trabajo.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con su hijo, David San José, como productor?

Estupenda. Es un músico buenísimo, con un estupendo carácter. Además es como a mí me gusta: no se conforma con lo primero que me sale medianamente bien.

La Puerta de Alcalá se convirtió en un himno íntimamente ligado con Madrid. Hoy, ¿a qué cantaría de Madrid?

A la diversidad. Madrid es una ciudad diversa y abierta, una ciudad simpática. Es muy de mestizaje y eso es bueno, nos enriquece mucho. Me gusta mi ciudad. Hay tanta gente y es tan difícil encontrar a alguien de Madrid: hay gente de todos los sitios y todos son madrileños.

Y qué me dice de "España camisa blanca de mi esperanza", ¿hoy es políticamente correcto cantarla?

Estoy de lo políticamente correcto hasta el moño. No, para mí no es incorrecta esa canción. Dice tanto de nosotros, hasta de lo malo, de lo que no nos gustamos. Sigo cantándola y a la gente le sigue gustando. Víctor acertó plenamente en todo cuando la hizo. Salió de un verso de un poema de Blas de Otero que decía "camisa limpia de mi esperanza". Durante muchos años mucha gente creyó que la letra era un poema de él. Hasta su viuda llamó a Víctor y le preguntó que en qué libro estaba aquel poema.