Los gitanos españoles, cada vez más empoderados contra la discriminación

  • Crece el número de los que responden y denuncian ante situaciones de desigualdad.
  • Siguen sufriendo una marginación cotidiana y permanente, sobre todo, las mujeres.
  • Son conclusiones del último informe 'Discriminación y Comunidad Gitana'.
<p>Manifestación contra la gitanofobia frente a la sede de la Comisión Europea en Madrid, en 2016.</p>
Manifestación contra la gitanofobia frente a la sede de la Comisión Europea en Madrid, en 2016.
EFE
<p>Manifestación contra la gitanofobia frente a la sede de la Comisión Europea en Madrid, en 2016.</p>

La comunidad gitana en España aún es víctima de una discriminación permanente y cotidiana, que se ceba sobre todo con las mujeres, pero está registrando un "cambio espectacular" hacia un "fuerte empoderamiento" y cada vez son más los gitanos que responden y denuncian la desigualdad.

Ésta es una de las conclusiones del XIV informe Discriminación y Comunidad Gitana de la Fundación Secretariado Gitano (FSG), que pretende evidenciar el "drama" de la discriminación "permanente y secular" que padecen los gitanos a lo largo de toda su vida y en ámbitos que van desde la educación al ocio, al acceso a la vivienda y al empleo y cuyo exponente más grave es la violencia.

"Estamos viendo un cambio espectacular. Las personas gitanas, sobre todo los gitanos y gitanas jóvenes, están tomando la palabra, alzando la voz en redes sociales y espacios públicos reivindicando no ser discriminados, que se respete su dignidad, que se acabe con las intolerables desigualdades", destacó el director de la FSG, Isidro Rodríguez.

Este "empoderamiento", añadió Rodríguez, "lo vamos a ir viendo con los años de una manera imparable igual que ha pasado en otros movimientos, en el movimiento feminista o en el LGTBI".

Aunque aún hay "importantes índices de infradenuncia" de los casos de discriminación y muchas víctimas ni siquiera son conscientes de haberla sufrido porque está normalizada y asimilada, la comunidad gitana española ha llegado a un "punto de inflexión" y está siendo protagonista de un cambio de percepción y actuación.

El ejemplo del feminismo

La nueva edición del informe de la FSG vuelve a destacar, un año más, que aún "queda mucho camino por recorrer" para acabar con la discriminación y los prejuicios que sufren los gitanos y, especialmente, las gitanas —no sólo desde los poderes públicos, también los medios de comunicación y la propia sociedad—.

A juicio del director de la FSG, el auge del movimiento feminista está creando una estela de sensibilidad y acción que está contagiando a otros grupos discriminados, como los gitanos.

En el año del 8M, la fundación ha querido profundizar y mostrar la "discriminación interseccional" que afecta a las mujeres gitanas, es decir, que se ven expuestas a una doble vulnerabilidad por ser mujeres y gitanas.

Todos los indicadores que analiza el informe arrojan siempre un escenario peor para ellas que para ellos: las mujeres gitanas padecen un mayor rechazo, son más víctimas de los estereotipos y sufren un peor trato.

Pero también están conquistando avances, resaltó la directora del departamento de Igualdad de la FSG, Sara Giménez, quien subrayó que son ellas las promotoras del cambio.

"Las mujeres gitanas somos las grandes impulsoras —del cambio—, pero necesitamos también a los hombres. Mujeres gitanas referentes les estamos diciendo que hay otras cosas que se pueden hacer y que ni ser mujer ni ser gitana son un impedimento para llegar a ello", ha añadido la técnica de igualdad Mª Carmen Cortés.

Denunciar desde dentro

En el acto de presentación del informe, la secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, pidió que se utilice ese documento también como instrumento de reflexión sobre las costumbres e inercias que, aunque residuales, desde dentro aún contribuyen a la desigualdad.

"El reto es poner en primera línea los derechos humanos. La dignidad significa no pertenecer a nadie. Cuando las identidades están contra los derechos humanos, tienen que ganar los derechos humanos", aseveró.

Murillo solicitó que sea la propia comunidad la que denuncie embarazos precoces o matrimonios concertados e impulse el desarrollo pleno de la mujer más allá del confinamiento familiar.

La secretaria de Estado anunció además que se reactivará el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, que llevaba cinco años inactivo.

En el XIV informe Discriminación y Comunidad Gitana de la FSG queda claro que aún es una "tarea pendiente" de la sociedad el ver a los gitanos como una comunidad diversa y heterogénea y no asociada a estereotipos negativos, el tratarla con tolerancia y empatía.

"Esto tiene que cambiar, en 14 años seguimos viendo problemas para acceder a la vivienda, a los empleos, a una piscina, a un gimnasio, a un empleo, al centro comercial", dijo Giménez.

Medios de comunicación

El informe analiza 232 casos de discriminación que afectaron a 278 víctimas.

Un año más, el mayor número (44%) estuvo relacionado con mensajes antigitanos o malas prácticas en los medios de comunicación e internet.

Sin embargo, la respuesta de los medios ha sido más optimista que en años anteriores: en una tercera parte de los casos, los periodistas modificaron sus informaciones cuando se les solicitó.

Uno de cada cinco casos tuvo que ver con el acceso a servicios o bienes: discriminación a la hora de entrar en locales de ocio, mayoritariamente. El 12 %, relativos al empleo.

Insistió además en las altas tasas de abandono escolar, en la segregación escolar, la mayor incidencia del paro, la existencia aún del chabolismo o la desigualdad en el acceso a la vivienda.

La FSG también lamenta que el lenguaje populista, fascista y racista tenga hueco en gobiernos e instituciones europeas.

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