Miguel de los Santos: "Los programas de cotilleo se dedican a despellejar al prójimo"

  • Ha sido testigo y artífice del nacimiento y evolución de la radio y la televisión, una carrera que plasma en 'Relatos de mi memoria'.
El periodista Miguel de los Santos, junto al Micrófono de Oro.
El periodista Miguel de los Santos, junto al Micrófono de Oro.
JULIÁN VILLAR
El periodista Miguel de los Santos, junto al Micrófono de Oro.

La radio comenzó a funcionar en españa cuando Miguel de los Santos era aún un niño. Han crecido juntos, madurado y visto llegar a su hermana pequeña, la televisión, años más tarde. Por eso este periodista, referencia de varias generaciones, era el cronista perfecto para escribir Relatos de mi memoria (Abomey Maquetren), una crónica del mundo de la comunicación de los últimos 60 años, así como de sus protagonistas.

¿Qué vamos a encontrar en 'Relatos de mi memoria'?

Es un encuentro del lector con la historia. En su conjunto esta colección de 33 relatos viene a ser un repaso a la evolución de la radio y la televisión en los sesenta años en los que yo he sido testigo privilegiado. Y es desde del punto de vista de mis propias experiencias que sea un reflejo de por qué la radio es hoy lo que es y por qué la televisión ha evolucionado de la manera en que ha evolucionado, con sus pros y sus contras. Todo ello aderezado con algún toque de humor y con anécdotas y vivencias personales.

Dicen que es usted 'historia viva de la radio y la televisión', ¿cómo le hace sentir eso?

Es sólo un recordatorio de los muchos años que tengo (risas). Yo empecé a escuchar la radio cuando estaba en pañales, casi como estaba yo y seguí su evolución casi hasta un siglo más tarde. He visto todos los pasos que ha dado ese medio, desde que se movía inseguro en el anadador hasta ser un par de elementos imprescindibles para la información, la cultura, la divulgación y la opinión, en una sociedad mucho más abierta como la que vivimos.

¿La radio y la tele han cambiado en la forma y en el fondo?

En los dos aspectos. Y además muchísimo, en una evolución natural, que se ha movido en función de los cambios de la sociedad. Afortunadamente ha ido de la mano de avance el país, que era impensable en años pasados. La Transición fue importantísima y ambos medios, la radio y la televisión fueron agentes muy activos para que esa transición se llevara a cabo como se llevó.

¿Ha cambiado para mejor o para peor?

Es muy difícil responder a eso. No me gusta la frase de "todo tiempo pasado fue mejor" porque eso no es cierto. Hay cosas mejores y cosas peores. En el libro vengo a decir que perdimos unos valores para ganar otros. ¿Cuáles son mejores? Una mezcla de unos es lo que tenemos ahora. El problema es sobre todo mi propia mentalidad, que me lleva a ver los cambios de forma personal. A mí nunca me han gustado las medias tintas.

Se habla mucho de manipulación de TVE. ¿Usted ha vivido eso?

No, yo tuve la suerte de que el núcleo central de mis actividades en Televisión Española fueran a las órdenes que dirigía el que fue el político más importante de este país en el siglo XX, que fue Adolfo Suárez. Teniendo ese director general y a la vista de lo que hizo después con el país te puedes imaginar que no existían las presiones. Adolfo suárez hizo en TVE un máster para afrontar con éxito el papel que la historia le tenía reservado.

¿Cómo ve la política ahora?

Yo cada vez que oigo hablar a partidos políticos que dicen ser de centro derecha o de centro-izquierda empiezo a dudar de ellos, porque eso es no declararse nada. Es una falacia. El centro es uno e indivisible. Cuando a mi me preguntan cómo pienso siempre digo que soy epicentrista. En los relatos he intentado plasmar precisamente ver las cosas con esa objetividad, o al menos intentarlo.

¿Qué personajes le han marcado más?

En primer lugar Adolfo Suárez fue la persona que me enseñó a ver la realidad de la vida, de la sociedad, y a tener un compromiso al que está obligado una persona pública y eso incluye a un comunicador. Luis del Olmo, que sale en la portada, ha recorrido conmigo todos estos años en la radio. Fuimos amigos desde nuestros comienzos y me parece que él diseñó el troquel por el que ahora la radio se está moviendo. Las famosas tertulias, por ejemplo, que ahora proliferan en todos los medios. Debe pasar a la historia como uno de los inventores de la radio actual. También Valerio Lazarov, que fue el primer realizador con el que trabajé. Estaba un poco loco, pero era la locura propia de todos los genios. Carlos Herrera es el santo y seña de la radio actual, ha tomado el relevo de grandes comunicadores de mi época. Con manolo Manolo Martín Ferrand vivimos dificultades y aventuras juntos durante muchos años y era un animal de la comunicación total y absolutamente. Iñaki Gabilondo también está en esta lista.

¿Hay una ruptura generacional?

Sí y es producto de las facilidades que dan esos avances tecnológicos que están utilizando los medios. Explicado con una metáfora, te diré que a mi me pilló en la facultad la llegada de las primeras calculadoras. Los profesores nos prohibían utilizarlas. Desde el momento en que la calculadora llegó limitó la gestión de la mente, la capacidad de desarrollar los problemas y salir de los atascos. Todo lo que vino después de la calculadora fue sumando posibilidades de solución al individuo, restándole posibilidades al cerebro.

¿Cómo se aplica eso a la tele y la radio?

Hay ciertos profesionales que se acomodan y apoyan en la tecnología para inventar fórmulas de radio o de televisión nuevas y eso limita la capacidad de ingenio que se tenía en los primeros años, cuando tenían que vérselas con unos medios precarios. Dependían mucho más de su imaginación para crear formatos y fórmulas de radio y televisión.

¿Nos centramos más ahora en el continente que en el contendido?

Sí, ahora mismo el impacto visual que recibe el espectador en televisión generalmente le ofrece la sensación que espera de la televisión: un truco. Pero en realidad eso es sólo la forma, una imagen, una iluminación... pero a veces el fondo es escaso, precario. ¿Qué se está diciendo, qué se está contando? Por ejemplo, los programas que hay de cotilleo, que tantas horas ocupan en las parrillas de la televisión... a aquellos que se creen que es el gran invento de la televisión moderna les diría que yo nací en un pueblo y que ya entonces veía a mi abuela con sus compañeras salir al fresco a hacer lo mismo que hacen los chicos que se ponen ahora delante de las cámaras: a despellejar el prójimo.

¿Cómo le explicaría a un extraterrestre lo que es la radio?

Es la compañera permanente del hombre, desde que nace hasta que muere el día. Por ella está informado al momento, sabe de la opinión de los distintos grupos sociales, conoce cuanto sucede a su alrededor y puede contrastar sus propias opiniones con la de los analistas de ese medio. Si te paras a pensarlo, es el único medio de comunicación con la virtud impagable de que te puede acompañar mientras te dedicas a otra actividad, algo que no se puede hacer con la televisión, el diario digital o de papel...

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