Una ballena de 15 metros muere tras más de seis horas varada en la playa

  • Miles de personas se acercaron a contemplar uno de los mamíferos marinos vivientes más grandes del planeta.
  • Los voluntarios intentaron mantener con vida al rorcual común, una especie amenazada.
  • Practicarán la autopsia para determinar la causa de la muerte.
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Miles de personas quisieron ver de cerca a la ballena mientras los voluntarios luchaban porque sobreviviera.
Miles de personas quisieron ver de cerca a la ballena mientras los voluntarios luchaban porque sobreviviera.
P.G.B.
Miles de personas quisieron ver de cerca a la ballena mientras los voluntarios luchaban porque sobreviviera.

Una llamada, pasadas las tres de la tarde a la Jefatura de la Policía Local de Marbella, dio la voz de alarma ante la presencia de una ballena varada en la orilla de la playa La Petunia de San Pedro Alcántara. Un cetáceo adulto de la especie balaenoptera physalus (rorcual común) de 15 metros de longitud y un peso estimado superior a las tres toneladas fallecía ayer tras más de seis horas agonizando ante la mirada de miles de curiosos y la impotencia de los veterinarios que la trataban.

Así lo confirmaba ayer por la noche el delegado provincial de Medio Ambiente, Ignacio Trillo, al tiempo que indicaba que el ejemplar no será movilizado hasta que se le haya practicado la autopsia.

Más de 4.000 personas se acercaron durante toda la tarde de ayer y hasta bien entrada la noche a la playa para ver de cerca el mamífero marino, en estado moribundo, que presentaba un gran número de heridas en su cuerpo, causadas por los impactos con las piedras que se asientan en la zona de rompiente donde yacía, según la evaluación de los veterinarios que le atendían.

Mientras muchos quisieron plasmar en sus cámaras digitales y móviles una instantánea del segundo animal viviente de mayor tamaño después de la ballena azul, otros asistían al escenario como si de un espectáculo circense se tratara con pipas incluidas. Sólo un grupo de voluntarios, la mayoría adolescentes extranjeros, no dudaron en remangarse las ropas y dedicarse a arrojar cubos de agua al cetáceo a fin de mantener húmeda su piel. Mientras efectivos de la Policía Local, Área municipal de Medio Ambiente y de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía intentaban alejar del animal herido a la masa humana que se iba agolpando a su alrededor.

Un remolcador de Puerto Banús, ayudado por otras dos embarcaciones de recreo, intentó en vano arrastrar a la ballena mar adentro al principio de la tarde para evitar su asfixia.

Eran las cinco y media de la tarde cuando varios técnicos del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas de Andalucía (CREMA) del Aula del Mar de Málaga, el único hospital marino de Andalucía dedicado al rescate, rehabilitación y posterior reintroducción en el mar de ejemplares varados, hacían acto de presencia.

Un equipo de tres veterinarios, dirigidos por el biólogo José Luis Mons, trabajaron a contrarreloj para intentar salvar la vida del cetáceo, el de mayor tamaño que hasta la fecha ha quedado varado en el litoral malagueño.

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