Aunque la adaptación del manga escrito por Tsugumi Ôhba e ilustrado por Takeshi Obata, Death Note (Cuaderno de muerte) que realizó Netflix en 2017 no tuvo una buena recepción entre la audiencia, la plataforma de streaming ha anunciado que ya están trabajando en una secuela.

La película, protagonizada por Nat Wolff (Light/Kira), Lakeith Standfield (L), Margaret Qualley (Mia), Shea Whigham (James), Paul Nakauchi (Watari), y Jason Liles (Ryuk) fue una gran decepción para los fans del manga debido a sus diferencias con su original.

Un año después, Netflix se aventura en una segunda parte escrita por Greg Russo (quién está trabajando en Mortal Kombat y el reboot de Resident Evil), sin embargo, se desconoce si Adam Wingard volverá a ser el director o si volverá a contar con el elenco de actores.

Ôhba narra la historia de Light Yagami, un joven brillante que está a punto de entrar en la universidad y que un día como otro cualquiera descubre por casualidad un cuaderno negro (cuaderno de muerte) que perteneció a un shinigami (dioses de la muerte en Japón) llamado Ryuk.

Con esta libreta Light es capaz de matar a cualquier persona del que conozca su rostro y su nombre. De ese modo decide convertirse en un dios que abogue por la justicia y acabe con las personas malvadas del mundo.

Cuando empiezan a morir presos la policía de Japón decide pedir ayuda a L, un famoso detective del FBI cuyo rostro no ha visto nadie. Desde ese momento, la historia será una continua batalla psicológica entre ambos personajes hasta que uno de los dos termine derrotado.

Por todos es sabido que Death Note es un fenómeno de culto mundial, ya sea por el manga o por la adaptación al anime. La obra de Tsugumi Ôhba y Takeshi Obata ha demostrado a toda una generación que existía la cultura popular japonesa más allá de otros éxitos como Dragon Ball o Pokémon.

En Japón, a diferencia de España, cuidan sus casos de éxito: videojuegos, novelas, series... Y, en el caso de Death Note, lo hicieron con sus tres adaptaciones a imagen real.

Mucho antes de que Netflix se aventurase con la versión americana, en el país nipón ya se habían estrenado cuatro películas: Death Note, Death Note el último nombre, L change the world y Death Note: el nuevo mundo.

Las dos primeras películas (estrenadas en 2006) narran la historia del manga bajo la dirección de Shūsuke Kaneko, que, aunque en occidente no es demasiado conocido, es uno de los más prestigiosos directores de cine del continente asiático.

Estas adaptaciones siguen de cerca la estética del anime pero rebajando su intensidad y agilizando su ritmo expositivo. Sin embargo, muchos criticaron tras su estreno que era una reproducción exacta de las viñetas del manga.

A pesar de ello, el éxito en taquilla fue abrumador; por ello se hizo L change the world (2008). Al haber cerrado la historia en la segunda película, aprovecharon el cariño que muchos fans tenían hacia el pintoresco detective del FBI y produjeron un spin-off sobre él.

Con Hideo Nakata (The Ring) en la dirección y Kenichi Matsuyama repitiendo en el papel de L, contaron un thriller sobre terrorismo internacional donde el principal interés recae en conocer más al personaje y su pasado.

El fenómeno Death Note parecía haber terminado ya hasta que, diez años después, se estrenó Death Note: el nuevo mundo. Una adaptación que narrará una nueva historia tras los hechos ocurridos en las dos primeras películas: dos nuevos herederos de Kira (nombre artístico de Light) y L intentarán hacerse con el poder de seis cuadernos de muerte que han sido enviados a la Tierra.

Además de las películas de imagen real, Death Note tuvo su adaptación animada. En octubre de 2008 vio la luz la serie dirigida por Tetsuro Araki, el toque definitivo para atraer la atención del público a niver internacional.

Los 37 episodios que dura llegaron a más de 20 países de todo el mundo (EEUU, Méxicho, Chile, España y Portugar, entre ellos). En nuestro país se retransmitió en el canal Animax y ahora puede verse en la plataforma de streaming, Netflix.