El cambio de Gobierno no modificará la presión de los sindicatos al Ejecutivo de Pedro Sánchez. "Somos conscientes del cambio drástico en la política del país, pero mas allá de eso hay una estrategia sindical propia", han explicado este martes Pepe Álvarez y Unai Sordo, líderes de UGT y CC OO, en la presentación de la movilización sindical del 16 de junio.

De momento ha habido leve contacto con Sánchez. Unos mensajes de móvil y la intención de verse en fecha temprana. Poco más. Pero los sindicatos urgen al encuentro cuanto antes porque la situación de los trabajadores, dicen, no puede esperar. "Mucha gente no tiene tiempo, no tiene dónde vivir, muchos empleados parciales no pueden ni alquilar una habitación por la subida de la vivienda, otros tienen pensiones miserables o ni siquiera tienen empleo", particulariza Álvarez.

El líder del PSOE no pronuncia desde hace tiempo la palabra "derogar" al hablar de la reforma laboral, pero sí estudia revisarla. La patronal envió ayer un mensaje nítido al Gobierno entrante: "Derogar una ley tan compleja es imposible", dijo su presidente Juan Rosell. Vamos, que no se puede dejar el país sin norma laboral.

Los sindicatos han querido quitar hoy quitae hierro a un "debate léxico", como lo ha denominado Unai Sordo, pero lo cierto es que al secretario general de CC OO pronució la expresión "tocar" la reforma laboral, una cierta rebaja —aunque sea léxica— de la exigencia planteada al expresidente Mariano Rajoy.

"Los sindicatos estamos por la derogación, pero no derogar porque sí y volver a la legislación de 2009, sino para construir un sistema de relaciones laborales más moderno que no apueste por la caída salarial y la precariedad como pasaba con la última reforma", matiza Unai Sordo. "Mantenemos que la reforma laboral de 2013 debe derogarse, pero hay que cambiarla por otras normas porque la reforma de 2010 [del Gobierno socialista de Zapatero] ya tenía ciertos problemas".

En las centrales sindicales saben que el foco de las próximas semanas va a estar en la política. Aún no se sabe quién relevará a Báñez al frente del ministerio de Empleo. Por no saber, desconocen incluso si la cartera seguirá llevando este apellido. Pero todo esto lo califican de "coyuntura". El elemento central para ellos será "mantener la tensión" en la calle y "no bajar la guardia". De ahí que hayan ratificado hoy unas manifestaciones que llevarán el lema Tiempo de ganar.

Al presidente Pedro Sánchez le pedirán lo mismo que a su antecesor: mejores salarios, mayor protección social, una garantía para las pensiones, avanzar a la igualdad laboral de género, cambiar la reforma de pensiones y la reforma fiscal. Pero la subida de sueldos depende de que lleguen a un acuerdo con la patronal. Y de momento no existe. La CEOE dijo ayer que se habían acercado posturas "en cuestión de números", pero los sindicatos niegan la mayor.

"No ha habido ningún avance y no es cierto que estemos en puertas del acuerdo", explica Álvarez. El líder de UGT admite que se han intensificado las reuniones pero ni la patronal ha modificado su propuesta (un 2% de subida más un alza variable que podría llegar a otro punto) ni los sindicatos la suya (una subida mínima del 3% y un salario mínimo en convenio de 1.000 euros). "Hay que reconocer la habilidad de la CEOE para transmitir que ofrecen el 2%, cuando en realidad es 'hasta el 2%' con lo que podría contemplarse en algún caso subidas del 0,1%", protesta Sordo, que ve "inasumible" esa oferta.

Los sindicatos mantendrán las movilizaciones mientras no haya un acercamiento con la patronal. "Esto no se puede eternizar: o hay acuerdo... o hay conflicto", zanja Álvarez, que establece como prioridad repartir la riqueza que se genera con el crecimiento en España para responder a la degradación salarial de los últimos años, recuperar el poder adquisitivo perdido con la crisis y exigir medidas para "atajar la precariedad y temporalidad laboral que afecta a millones de ciudadanos".