El fin de semana pasado la sociedad irlandesa acabó con una de las leyes del aborto más restrictivas del mundo: solo estaba permitido abortar en caso de riesgo inminente de la vida de la madre, quedando excluidos los casos de violación o malformaciones del feto. Esto se debe a que la Constitución de Irlanda equipara los derechos del no nacido a los de la madre.

Pero a partir de finales de año, cuando la reforma entre en vigor, la situación cambiará y el aborto estará permitido de manera libre durante las 12 primeras semanas, que se alargarán a 24 en determinados casos.

La de Irlanda era una de las leyes más restrictivas del mundo pero aún quedan otras que, de momento, no parece que vayan a derogarse. Es el caso de Irlanda del Norte. Aunque pertenece al Reino Unido, donde es legal el aborto hasta la semana 24, allí sigue aplicándose la legislación penal de 1945, que prohibe el aborto salvo en situaciones de extremo riesgo.

El cambio es complicado debido a la suspensión de la Asmblea de poder compartido. La Primera Ministra británica, Theresa May está siendo presionada para modificar la situación en dicha región, pero una portavoz de su gobierno dijo este domingo que un cambio en las leyes solo debería ser realizado por un Gobierno de Irlanda del Norte. Actualmente está en el poder el Partido Democrático Unionista, que se opone rotundamente.

El único país de la Unión Europea (UE) que prohíbe el aborto es Malta. La interrupción voluntaria del embarazo está castigada con penas de hasta 3 años de prisión. El Gobierno maltés ha recibido críticas de las instituciones de la UE, pero no pueden modificar sus leyes, ya que en la legislación de Malta queda recogido que "ninguna disposición del Tratado por el que se establece una Constitución para Europa afectará a la aplicación en el territorio de Malta de la legislación nacional relativa al aborto".

Polonia no lo prohíbe pero tiene una de las leyes más restrictivas. Las mujeres pueden abortar únicamente cuando sea necesario para salvar su propia vida. Otros países europeos, aunque no miembros de la UE, que prohíben el aborto, como Irlanda hasta el pasado jueves, son Andorra y San Marino.

El país más permisivo es Holanda, donde las mujeres pueden abortar libremente durante las primeras 24 semanas de gestación. En el resto de países europeos existen leyes de plazos, siendo 12 semanas el límite más común.

Existe la prohibición total en Congo, Egipto, Gabón, Guinea-Bisáu, Madagascar, Mauritania y Senegal en África; Filipinas y Laos en Asia; y Honduras, Nicaragua, El Salvador, Surinám, Haití y República Dominicana en América. En Chile lo era hasta 2017.

En Costa de Marfil, Libia, Uganda, Sudán del Sur, Irak, Líbano, Siria, Afganistán, Yemen, Bangladés, Birmania, Sri Lanka, Guatemala, Paraguay y Venezuela, solo está permitido en caso de peligro de la madre. En Corea del Sur también se añaden los supuestos de violación e incesto.

Como consecuencia, en muchos lugares se realizan abortos clandestinos en condiciones insalubres que no garantizan la seguridad de la madre. La Organización Mundial de la Salud advierte de que "en todo el mundo se producen aproximadamente 25 millones de abortos peligrosos al año".

En la ley de 2010 se fijaron los 16 años como mayoría de edad legal para abortar. El embarazo se puede interrumpir hasta la semana 14 de gestación, plazo que se amplía a 22 semanas si exsite riesgo para la embarazada o graves anomalías en el feto incompatibles con la vida.

En 2015 el Gobierno del Partido Popular reformó la ley en cuanto a la edad mínima. Las jóvenes de 16 y 17 años que deseen abortar necesitarán el consentimiento de sus padres o tutores legales, que deberán acompañarlas a la clínica.