Dos paracaidistas resultaron heridos de diversa consideración al saltar desde una avioneta en vuelo que transportaba a otros cuatro saltadores, y que fue desalojada por el piloto antes de realizar un aterrizaje forzoso sobre un campo de cultivo próximo al aeródromo deportivo de Santa Cilia (Huesca).

Los heridos son Benito F.M., domiciliado en Utebo (Zaragoza), e Iñaki L.I., con domicilio en Irún (Guipúzcoa), según informó la subdelegación de gobierno de Huesca en un comunicado. Ambos fueron trasladados ayer a centros hospitalarios de la provincia, aunque finalmente fueron evacuados a la Clínica El Pilar y Hospital Clínico en la capital aragonesa.

Según informó un portavoz del Centro de Paracaidismo de Santa Cilia, Miguel Ángel Domínguez, la avería se produjo sobre las 11:15 horas de ayer, un cuarto hora después de despegar la avioneta para remontarse hasta los 4.000 metros de altura, cota mínima establecida para los saltadores.

Según Domínguez, cuando la avioneta alcanzó los mil metros de altura el motor se paró de forma súbita, lo que llevó al piloto a pedir a los paracaidistas que saltaran para reducir el peso en la aeronave y tratar de regresar al aeródromo del que habían partido.

Los paracaidistas saltaron sobre una zona muy abrupta situada en el núcleo pirenaico de Asieso, muy próximo a Jaca, y a una altura tres veces por debajo de la recomendada, resultando heridos dos de ellos pero con lesiones no de riesgo para sus vidas (roturas de pierna).

Mientras tanto, el piloto, tras advertir que perdía altura y no podía llegar al aeródromo de Santa Cilia, avistó un campo próximo al núcleo de Ascara y realizó un aterrizaje forzoso del que salió ileso. Al parecer, fue el propio piloto quien advirtió de la situación a los responsables del Centro Paracaidista y del salto forzoso que habían tenido que realizar sus pasajeros.

El portavoz de este club deportivo indicó que la avioneta había llegado ayer a Santa Cilia desde Ampuria Brava (Gerona) procedente de Suiza, después de haber pasado la revisión de los 150 kilómetros. Aseguró, además, desconocer los motivos de la avería que había obligado a saltar a los paracaidistas a una altura insuficiente y al piloto a realizar un aterrizaje forzoso.

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