Cárcel para el anciano que mató al ladrón que asaltó su casa en Arafo

Un anciano se sujeta en un bastón.
Un anciano se sujeta en un bastón.
PIXABAY
Un anciano se sujeta en un bastón.

El hombre de 83 años que mató de un disparo al ladrón que entró a su casa en Arafo en 2015 y agredió y torturó a su esposa, ha sido condenado a dos años y medio de cárcel por un delito de homicidio, con la eximente incompleta de legítima defensa.

La sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, hecha pública este jueves, también recoge una condena de dos años de prisión por tenencia ilícita de armas, si bien acuerda su suspensión bajo el compromiso de que no haya nuevos delitos.

Jacinto Siverio fue considerado culpable el pasado viernes por el jurado -desmarcándose de los posicionamientos de la Fiscalía- al considerar que aunque actuó en defensa propia y la de su familia, tenía otras alternativas para salvaguardar su integridad física y la de su esposa sin matar al asaltante.

El hombre también ha sido condenado a indemnizar con 20.000 euros a la madre del fallecido.

Los hechos sucedieron en la noche del 1 de marzo de 2015 cuando dos hombres entraron a robar en la finca de Jacinto, que contaba por ese entonces con 80 años, disfrazados con caretas y armados con un formón y una pistola, que era simulada.

Tras franquear el muro exterior, dice el fallo, entraron en una edificación anexa, en la que se encontraba, obligándole a abrir la puerta de acceso al domicilio.

El ruido provocado alertó a la esposa del acusado y a su cuñada, que contaban que contaban con 69 y 64 años, quienes encontrándose en el interior de la vivienda, se asomaron a la ventana del dormitorio de matrimonio, procediendo los asaltantes a fracturar la ventana con un palo y sujetando al menos uno de ellos a la esposa mientras su hermana logró encerrarse en el aseo de la vivienda.

Mientras los asaltantes exigían la entrega de dinero en efectivo, relata el fallo, Siverio se dirigió al dormitorio para sacar de una caja cerrada con llave depositada en un armario un revólver marca Ruby del calibre 38.

Portando el arma en la mano, regresó al hall en el que se encontraba su esposa con los asaltantes, realizando un primer disparo que impactó en el zócalo de la pared del hall y un segundo disparo que impactó en el lado izquierdo del rostro del fallecido, quien se encontraba con herida de entrada por encima del labio superior, desgarrándole el proyectil la yugular y siendo expulsado por el lado derecho del cuello.

Aún pudo trasladarse herido hasta el patio trasero de la vivienda, donde se desplomó, falleciendo como consecuencia de un shock hipovolémico.

Recursos

La sentencia detalla que en el transcurso del asalto, Jacinto fue encañonado en la sien con una pistola simulada y le golpearon, por lo que sufrió diversos eritemas y heridas contusas, y asimismo, los asaltantes agredieron a su mujer, la cual como consecuencia sufrió varios hematomas y erosiones en la rodilla derecha y en el tercio distal de la zona pretibial izquierda más fractura desplazada completa del hueso ganchoso carpiano.

Le quedaron como secuelas trastorno de estrés postraumático, además de un perjuicio estético ligero en la mano, secuelas en extremidad superior y cintura escapular y artrosis postraumática.

Si bien el jurado apreció que Jacinto Siverio realizó el disparo mortal "en defensa propia y de su esposa", la sentencia recoge que existían "otras alternativas posibles menos gravosas para impedir el riesgo real existente o que el acusado se representaba ante la situación de angustia y temor provocada por la actuación, sin previa provocación por su parte, de los enmascarados en el curso del asalto".

Contra la sentencia cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y el Tribunal Supremo, medida que ya han anuanciado tanto la defensa como la Fiscalía Provincial.

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