Desde el inicio de su carrera Esteban Vicente (Turégano, Segovia, 1093 – Nueva York, 2001) fue un artista que siempre se rodeó de amigos con inquietudes similares y sensibilidades muy cercanas. Su etapa en Madrid en la década de los 20 coincidió con el nacimiento de la Generación del 27 y su proximidad con escritores y creadores como Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Luis Buñuel o Francisco Bores.

Más tarde, en 1929 se trasladaba a París donde conocería, entre otros, a Picasso, Dufy, Max Ernst y Michael Sonnabend. Con el inicio de la Guerra Civil daría el salto a Estados Unidos, donde permanecería hasta su muerte (se nacionalizó en 1940) y entablaría una intensa amistad con miembros de la llamada Escuela de Nueva York como Rothko, De Kooning, Pollock, Kline y Newman; y trabajaría en la Black Mountain School junto a Merce Cunningham y John Cage, ya en los años sesenta.

La mayor parte de su carrera la desarrolló dentro de la abstracción, sobre todo a partir de finales de los años 50, cuando formó parte activa de la generación de expresionistas abstractos de Nueva York. Estuvo, además, presente en gran parte de los eventos trascendentales que se organizaron en esta creativa ciudad durante las décadas de los 40 y 50 como las exposiciones Talent 1950 y 9th Street en 1951.

Sin embargo, tuvo que pasar medio siglo para que en España se le reconociese como el importante artista que siempre fue. Su primera exposición llegaría en 1987 de la mano de la Fundación Banco Exterior de España en Madrid, luego llegarían museos como el Reina Sofía y el IVAM y la inauguración, tres años antes de su fallecimiento, del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente.

Estos días llega a la galería Guillermo de Osma de Madrid una exposición antológica que reúne más de 30 obras entre óleos, collages y obra sobre papel perteneciente a todas las etapas de su trayectoria. Se inicia con un conjunto de gouaches figurativos realizados durante su etapa parisina en los años 30 pero, sobre todo, se concentra en su época abstracta, que se prolongó durante toda su etapa americana.

"En estas pinturas destaca el interés de Vicente por el color y la forma, dos elementos indisociables para él. Las obras expuestas revelan la capacidad del artista de expresar emociones y sensaciones a partir del uso del color, así como mediante las formas que éste modula en el plano pictórico", dice la galería, que exhibirá estos trabajos hasta el 15 de junio. Estos equilibrios formales pretenden reproducir una especie de "paisajes interiores" que, en sus propias palabras, "no registran lo que veo, por supuesto, sino lo que me hace sentir lo que veo".