La tasa de abandono escolar temprano se situó el año pasado en Cataluña en el 17% del alumnado, un punto menos que el alcanzado en 2016 (18%) según datos publicados a finales de enero por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Por sexos, sigue afectando más a los chicos que a las chicas tanto en Cataluña como a nivel estatal. En la comunidad, en 2017, un 19,6% de los estudiantes de entre 18 y 24 años sin estudios superiores a la ESO eran chicos y un 14,4% chicas. En toda España, un 21,8% de los que abandonaron las aulas fueron chicos y un 14,5% chicas el año pasado.

Con este registro, la catalana fue la octava autonomía española con un índice más elevado de abandono prematuro en la educación secundaria obligatoria (ESO) de entre las 17 comunidades autónomas y dos ciudades autónomas.

El ranking lo lideró en 2017 las Illes Balears con un 26,5%, seguido de Ceute y Melilla con un 24,3%, Andalucía con un 23,5% y la región de Murcia con un 23,1%. Respecto al año 2008, la tasa en Cataluña ha descendido 15,9 puntos.

En 2015, se bajó por primera vez del umbral del 20%, con un 18,9%. Durante los primeros años de esta década, el índice alcanzó en Cataluña cifras no inferiores al 22% (26,2% en 2011; 24,2% en 2012; 24,7% en 2013 y 22,2% en 2014) aunque todas ellas decrecientes año tras año a excepción del pasado 2013, cuando subió cinco puntos respecto a 2012.

A nivel estatal, el territorio con menor abandono temprano fue en 2017 el País Vasco, con tan solo un 7%. En la parte baja de la tabla le siguieron Cantabria, con un 8,9%, la Comunidad Foral de Navarra con un 11,3% y La Rioja, con un 12,9%.

La cifra global de abandono en España se colocó el año pasado en el 18,28% y ha descendido ocho puntos desde el año 2011, cuando llegó al 26,3%.

Un reciente informe publicado por la Fundació Jaume Bofill marca cuatro problemáticas como causantes del abandono: la concentración del alumnado desfavorecido en centros concretos, la agrupación de los estudiantes por nivel de conocimiento y adaptando a la baja los contenidos a determinados alumnos, las bajas expectativas que tienen los docentes con determinados chicos y el diseño estanco de la actual enseñanza secundaria.

También apunta a que la reducción de la tasa se debe a que los jóvenes no dejan tando los estudios para trabajar, como pasó durante la crisis.

El Ajuntament de Barcelona destinará 570.000 euros a Programas de Formación e Inserción (PFI) para jóvenes de entre 16 y 21 años que no se han graduado en la enseñanza secundaria obligatoria.

El proyecto se inició en el curso 2012-2013 y desde entonces se han ofertado 2.820 plazas. Para este curso se darán 269, de ellas, 12 para alumnos con necesidades educativas especiales.

Los alumnos de cuarto de ESO de Ciutat Vella tienen ocho veces más posibilidades de sufrir fracaso escolar que los de Sarrià-Sant Gervasi, según el primer informe d'Oportunitats Educatives encargado por el Ajuntament al Institut d'Infància i Adolescència del Consistorio.