La lucha pendiente del feminismo: pasar de la igualdad legal a la igualdad real

No te confundas, feminismo y machismo no son lo mismo.
No te confundas, feminismo y machismo no son lo mismo.
GONZOO
No te confundas, feminismo y machismo no son lo mismo.

El 13 de junio de 2016, los cuatro principales candidatos polítcos a las elecciones generales del 26-J dedicaron un total de 22 segundos (de un debate de dos horas y media) a la violencia de género, una lacra que en España desde el año 2013 hasta aquel momento ya había superado en víctimas mortales a la actividad terrorista de ETA durante toda su historia.

No han pasado ni dos años, pero el feminismo ha dado grandes pasos desde entonces. El movimiento #MeToo visibilizó el acoso silencioso que miles de mujeres habían sufrido en su vida cotidiana y en sus puestos de trabajo durante años, se ha logrado que temas como la brecha salarial y el techo de cristal estén en la agenda política de los principales partidos y en los medios de comunicación, y el 24 de julio de 2017 se consiguió que todos los grupos del Congreso aprobaran por unanimidad el primer pacto de Estado contra la violencia machista, 904 asesinadas después.

Pero ¿qué retos le quedan por delante a este movimiento social?, ¿por qué, si ya se está legislando para erradicar ciertas problemáticas, hoy se convoca esta huelga feminista? Representantes de algunas de las principales asociaciones de mujeres en España explican a 20minutos estas luchas pendientes.

Igualdad real. Lo primero en lo que coinciden la Comisión de Investigación de Malos Tratos a la Mujer (CIMTM), Feminicidio.net, Fundación Mujeres y Mujeres en Igualdad es en recordar que, hasta ahora, lo que se ha conseguido es una igualdad en el reconocimiento formal de los derechos de mujeres y hombres, pero no una igualdad real. Aunque sobre el papel sea ilegal que una mujer sea discriminada por su maternidad o que cobre menos que un hombre, la realidad es distinta. De hecho, según las expertas, una vez las mujeres tienen descendencia, el perjuicio en su salario aumenta de un 15% a un 30 o 35% en comparación a sus compañeros varones.

Educación en igualdad. Otro punto en común entre todas las asociaciones es la necesidad de impartir una educación afectivo-emocional desde los primeros niveles de escolarización que acabe con los estereotipos de género y construya relaciones igualitarias entre hombres y mujeres.

“Lo que estamos haciendo en educación es completamente insuficiente, solo se imparten charlas puntuales, con eso no consigues cambiar mentalidades. Tenemos que educar para que el buen trato sea la regla y en el respeto a la diversidad”, dice Maria García, directora de programas en Mujeres en Igualdad.

“La educación es el cimiento para una sociedad igualitaria, hay que acabar con los roles sexistas y machistas”, dice Susana Martínez, presidenta de la CIMTM, para lo que también es preciso enseñar las desigualdades históricas que han sufrido las mujeres y comprender el objetivo del movimiento feminista.

El mensaje. “Un auténtico reto sería que el feminismo deje de ser cuestionado por absolutamente todo el mundo”, explica la representante de Mujeres en Igualdad. “Tú puedes estar opinando sobre un puente con un grupo de personas, pero llega un arquitecto y te explica por qué está mal construido y dices: pues tendrá razón. Ahora, que a ti se te ocurra decir que están ejerciendo violencia sexual contra las actrices, que de eso todo el mundo sabe, opina y lo cuestiona”.

Definirse como “feminista” sigue generando prejuicios, y eso, según considera María García, es porque su mensaje “no ha llegado a todas las personas, porque muchas veces hablamos de mujeres solo para mujeres”. Por este motivo, destaca la importancia de explicar a los hombres de qué manera les perjudica también a ellos la construcción de los roles de género. “Hasta ahora, ellos han tenido una construcción de la masculinidad que les ha educado en el riesgo, en la obligatoriedad de estar en el espacio público, de triunfar a nivel profesional. Si están en desempleo, tiene muchísima carga social, tienen que estar buscando trabajo desde el minuto uno”.

Puesta en marcha del pacto de Estado. Las asociaciones también coinciden en la urgente necesidad de poner en marcha y dotar de un presupuesto real y suficiente el pacto de Estado contra la Violencia de Género, así como de que diferentes organismos sociales velen por su cumplimiento y no se quede en “papel mojado”.

"Lo más importante en este momento es que el Gobierno cumpla los compromisos económicos que ha adquirido y que aún no ha puesto en marcha”, reclaman desde Fundación Mujeres.

La asociación civil organizada Feminicidio insiste en la importancia de que se cumpla con este pacto el Convenio de Estambul, y se considere también como víctimas de violencia de género a las mujeres agredidas o asesinadas fuera del ámbito de la pareja, como ya aprobó el Consejo General del Poder Judicial para casos como la prostitución, las agresiones sexuales, el acoso o la mutilación genital.

Esta plataforma ya realiza, siguiendo estos criterios, su propia contabilización de las víctimas de violencia machista en España, y el pasado año 2017 registraron hasta 99 feminicidios y asesinatos, 43 muertes más de las registradas en las cifras oficiales (contabilizando, en ambos casos, a los niños asesinados por este motivo). Reclaman “más transparencia por parte de las cifras del Estado, porque con sus datos solo accedes al total de casos, pero no se desglosan por edad, relación entre víctima y victimario, etc. Todos esos datos deberían ser públicos, y no lo son”.

"Introducir la perspectiva de género en las políticas públicas no se trata de decir “los y las” en el lenguaje, se trata de que exista un compromiso real en cumplir todas las medidas del pacto, y dar importancia a la cuestión de género en diferentes ámbitos y, evidentemente, se la das cuando inviertes presupuesto en ello”, recalca Mujeres en Igualdad.

Otra medida que recuerda María García, y que ya solicitó la Asociación de Mujeres Juristas, es que se hagan públicas las condenas firmes por violencia machista, incluido el nombre del maltratador.

Prostitución y trata. Es uno de los aspectos en los que más inciden la CIMTM y Feminicidio. La presidenta de la Comisión considera algo “utópico” pero muy necesario que el Estado deje de mantenerse neutral en el debate entre la abolición y la regulación de la prostitución. Ellas son partidarias, además, de que se penalicen contundentemente el proxenetismo, los prostíbulos y el turismo sexual.

Desde Feminicidio defienden que “sin demandantes de la prostitución, no hay trata” y reclaman una Ley Integral contra este tráfico de mujeres que incluya una “reparación integral de sus víctimas”. Además, insisten en que los escasos datos aportados por las estadísticas no permiten hacer una radiografía profunda del tema ni de las violencias machistas en general.

“En la próxima macroencuesta necesitamos que se tenga en cuenta la cuestión de la violencia sexual y el consumo de la prostitución. No tenemos datos de acoso sexual en el trabajo o de todas las demás violencias sexuales. No sabemos cuántos prostíbulos hay en el Estado español, no tenemos un libro blanco de la prostitución que nos permita ssaber cuántas mujeres hay realmente en las calles, cuántas están explotadas, cuáles son victimas de trata, cuáles ejercen voluntariamente", reivindican.

Cuidados. Otra de las cuestiones en la que las expertas observan que no existe igualdad real es en la de los cuidados. El 90% de las excedencias solicitadas para el cuidado de familiares y dependientes son solicitadas por mujeres, lo que muestra que sigue siendo una tarea que ellas asumen como propia por cuestiones culturales. La Fundación Mujeres incide especialmente en que, cuando se produjo la entrada femenina al mercado laboral, “no se modificó el reparto de roles familiares ni siquiera en los Estados democráticos occidentales”.

"Ser consideradas como principales responsables de los cuidados no remunerados se convierte en un obstáculo insalvable para ocupar una posición de igualdad respecto de quienes no tienen esta carga de trabajo. Las mujeres que se dedican de forma principal al cuidado familiar son además dependientes económicamente y renuncian al propio desarrollo individual en favor de otros”, recuerdan las creadoras de la plataforma Cuidadanas, que apoyan a las dedicadas a esta tarea a recuperar espacios dedicados a sí mismas.

Desigualdad laboral. "Mientras la mujer no tenga una igualdad en el salario, seguirá teniendo una alta dependencia de la pareja y, en caso de que sea víctima de violencia de género, de su agresor", así resume Susana Martínez la importancia de equilibrar los sueldos entre mujeres y hombres y permitir una igualdad de condiciones para escalar a nivel profesional y llegar a altos cargos.

La Comisión pide medidas de control en las empresas para que no se permita ningún tipo de discriminación, diferencias en los contratos o salarios. También plantea la posibilidad de algunas discriminaciones positivas, y menciona el fomento de empleo a mujeres, sobre todo a las víctimas de violencia de género.

Sin duda, otro de los retos del feminismo es conseguir que la conciliación y la corresponsabilidad sean una realidad, y "no parte del discurso de responsabilidad social de las empresas", reclama Mujeres en Igualdad. "La solución que dan para conciliar es una jornada parcial, y eso no es una medida, perjudica económicamente, laboralmente y en el desarrollo profesional. Te hace mucho más dependiente y te empobrece", añade.

Para conseguir que las medidas de conciliación no sean un asunto exclusivo de mujeres, "hay que fomentar que las cojan hombres y, por supuesto, que no sean sancionadas las personas que opten por ellas. Las entidades públicas deberían colaborar en el coste que le produce a la empresa el fomentar estas medidas", zanja María García.

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