El personaje de Juan Echanove en Cuéntame (jueves a las 22.00 h. en TVE 1) llega a España emigrando desde Francia y se encuentra un país con una dinámica de cambio interesante. El experimentado actor interpreta a Miguel, un hombre sentimental, muy romántico y profundamente del atlético de Madrid.

Lo primero, acabamos de conocer la muerte de Fernán-Gómez...

Es un día enormemente triste. Fernán-Gómez es la columna vertebral de los actores de este país y uno se siente muy mal. Toda una generación de actores importantísima de este país es ya gente mayor y nos va dejando pero la pérdida de Fernán-Gómez es un palazo.

¿Lo trató personalemente?

Sí, era un hombre que más allá de su manera de hacer, de ser y de vivir ha sido un referente en la gente de mi generación.

Su personaje es un hombre que busca con toda su alma la felicidad, ¿lo tenemos más fácil para ser más felices ahora que hace 40 años?

Yo creo que sí. Creo que cualquier tiempo pasado fue peor.

¿En qué hemos mejorado?

Hemos mejorado en todo: en posibilidades de garantía, de libertad y en calidad de vida. Yo creo que vivimos en la etapa dorada de nuestro país.

Y en la ficción se refleja porque los personajes de Cuéntame parecen más íntegros que los de las series actuales...

Sí porque antes, por necesidad, prevalecían una serie de principios y de valores que ahora la sociedad no es que les haya dado por perdidos, pero sí le pesan.

Sí (Ríe).- pero es una coincidencia. Yo no pedí que mi personaje fuera así aunque me siento muy orgulloso de que mi personaje sea del atlético.

¿Qué edad tenía usted cuando murió Franco?

Catorce años. Estaba a punto de terminar el BUP y fue sorprendente ver cómo cambiaba la sociedad española.

¿Y qué le parecía Franco con catorce años?

Un señor que prohibía todo y que estaba en contra de los intereses de muchas personas que yo conocía. Y a esa edad yo ya tenía una idea de la historia para ser consciente de que Franco era un dictador.

¿Ya quería ser actor con esa edad?

Ya había teatro en el colegio. Digamos que estaba en el primer eslabón de la cadena.

¿Cómo nace esa vocación?

En mi colegio, o hacías deporte u otras actividades, y yo para el deporte siempre he sido muy negado.

Me acuerdo perfectamente. Mis padres nos dejaron quedarnos despiertos para verlo por televisión. La televisión nos acercó muchos acontecimientos mundiales.

¿Pero no dicen que fue un montaje?

Yo creo que sí llegó. Si no hubiese sido ese año hubiera sido otro, pero en esa lucha que tenían con los soviéticos ganaron los americanos.

¿Vive la televisión sus mejores días y el cine los peores?

La televisión es más cómoda que el cine y la gente no tiene que hacer ese esfuerzo de salir de casa para verla. Hoy día, la oferta de contenidos es tan variada que puedes encontrar el programa que quieras.

Y para los actores es su gran fuente de trabajo...

Desde hace unos años ha pasado a ser la posibilidad de trabajo inmediata para los actores, sobre todo para los que están empezando. Antes estos ‘castings' ocurrían en el teatro, ahora pasa en la televisión.

Y ahora el teatro está pasando por sus mejores momentos...

Sí, estamos viviendo un momento muy bueno. Siempre que el teatro tenga interés habrá público para que se vea.

¿Cómo se compagina una obra teatral con un rodaje televisivo?

Cuesta muchísimo esfuerzo pero sí se puede. Es un palizón, pero merece la pena. La temporada pasada hice Plataforma con Calixto Bieito y, con la comprensión del equipo de Cuéntame, se pudo llevar acabo.

¿Volvería a repetir este año?

A lo mejor me pilla un poquito más cansado. Este año tengo más presencia en Cuéntame y a lo mejor me cuesta un poquito más.

Y también hay que parar de vez en cuando...

De vez en cuando, pero ya sabes que el parón es una palabra maldita para el actor.