Personalidades ceden su silla por los refugiados en una exposición benéfica en CaixaForum Madrid

  • Famosos de todos los ámbitos han donado sillas decoradas a favor de los refugiados con motivo de su día mundial.
  • Sus sillas se pueden ver en CaixaForum Madrid hasta el 2 de julio.
  • Después se subastarán en la web de la campaña.
El cantante Manuel Carrasco decorando la silla que ha cedido para la exposición solidaria '#TuSillaSuRefugio' en Caixaforum Madrid
El cantante Manuel Carrasco decorando la silla que ha cedido para la exposición solidaria '#TuSillaSuRefugio' en Caixaforum Madrid
#TUSILLASUREFUGIO
El cantante Manuel Carrasco decorando la silla que ha cedido para la exposición solidaria '#TuSillaSuRefugio' en Caixaforum Madrid

"Siéntate como en casa", es el mensaje pintado en una de las sesenta sillas que desde este martes se exponen en el CaixaForum de Madrid y que conforman una exposición de apoyo a la acogida de aquellos que huyen forzosamente de su país cada día.

El 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado, en un momento en el que el número total de personas en el mundo forzadas a abandonar su hogar a causa de la guerra, la violencia y la persecución ha alcanzado la cifra récord de 65,6 millones, según la ONU.

En este sentido, España "está jugando un papel vergonzoso", pues solo ha acogido a un 8 por ciento de los refugiados a los que se comprometió con la Unión Europea, tal y como ha denunciado esta mañana la secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), Estrella Galán.

Precisamente este colectivo, y con esta motivación, ha inaugurado la exposición titulada #TuSillaSuRefugio, abierta al público de forma gratuita hasta el 2 de julio, en la que 60 personalidades de la cultura han "cedido su silla" a favor de la acogida.

Nombres como Silvia Abascal, Pablo Alborán, Pedro Almodóvar, Vicente Amigo, Marina Anaya, Iker Casillas, India Martínez o Belén Rueda se han convertido en diseñadores y han plasmado cada uno en una silla la historia de una persona refugiada en España.

Iniciativa impulsada por la actriz Inma Cuesta

Por ejemplo, la silla de la actriz Inma Cuesta (que es además la impulsora de esta iniciativa) cuenta la vivencia de Maisoun Shukair, refugiada siria, farmacéutica de profesión, escritora de dos libros publicados, casada con un ingeniero y con dos hijos.

Cuando empezó la guerra en Siria, su familia fue acusada de dar medicamentos a la gente que lo necesitaba, por lo que tuvo que huir de su país. Su historia quedará para siempre reflejada en una silla solidaria, para que a nadie se le olvide este drama humanitario.

"El mundo se ha convertido en un manicomio, en vez de puertas construimos muros que nos separan. Esto es un problema de todos, no podemos olvidar que los españoles tuvieron que pedir refugio", ha señalado Inma Cuesta, que recuerda que detrás de cada refugiado hay una historia de vida.

Las sillas solidarias serán subastadas en la página web de la campaña Tusillasurefugio.org. Y además, cualquiera puede convertirse en diseñador y crear su propia silla digital a través de esta misma plataforma. Todo para "hacer lo que esté en nuestras manos para apoyar a estas personas".

Historias plasmadas en sillas

Galán ha indicado que los refugiados no son sólo los sirios, sino que millones de personas en el mundo viven conflictos de la misma magnitud que la guerra que sufre este país y que "no están siendo considerados" cuando también necesitan protección internacional.

Un ejemplo es Eugenio, que se vio obligado a huir de su país, Rusia, porque estaba perseguido por ser homosexual. Así lo ha explicado durante la presentación de la muestra, donde ha aprovechado para celebrar el Orgullo, que arranca este viernes.

Según los datos de Cear, España recibió 15.755 solicitudes de asilo en 2016. Esto supone 1 por cada 3.000 habitantes europeos y poco más del 1 por ciento de las peticiones de asilo en la Unión Europea.

Ahmed, Alain, Maisoun, Imran y Cheija son sólo algunos nombres de refugiados cuyas historias de esperanza han quedado plasmadas en unas sillas. Algunas tienen alambres, otras chalecos y otras sellos, pero todas comparten la necesidad de una vida segura y lejos de la violencia y las persecuciones, un derecho humano.

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