La ONU determina que Irlanda sometió a una mujer a un trato cruel por no permitirle abortar

  • La ley irlandesa prohíbe la interrupción involuntaria del embarazo incluso en los casos en los que el bebé sufre malformaciones mortales.
  • La afectada decidió abortar en el extranjero pero demandó en 2014 a Irlanda ante el Comité de Derechos Humanos.
Bebé recién nacido.
Bebé recién nacido.
PIXABAY
Bebé recién nacido.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU determinó que la ley que prohíbe la interrupción voluntaria del embarazo en Irlanda sometió a una mujer embarazada con un feto con malformaciones letales a un trato cruel, inhumano y degradante.

El Comité, formado por expertos independientes, adoptó esa resolución el pasado 17 de marzo, que se ha conocido este martes, en un caso particular en el que se analizaba si los derechos de la irlandesa Siobhán Whelan fueron vulnerados.

A la vista de lo que establece la Convención Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, los expertos consideraron que la mujer, embarazada con un feto cuyas malformaciones le impedirían poder sobrevivir, fue sometida a maltrato y sus derechos vulnerados al no permitírsele abortar.

El Comité decidió que el Estado irlandés debe compensar a la víctima por el daño sufrido e insta a las autoridades a modificar las leyes para que otras mujeres no tengan que padecer violaciones a sus derechos fundamentales.

La ley irlandesa prohíbe la interrupción involuntaria del embarazo incluso en los casos en los que el bebé sufre malformaciones mortales, lo que significa que el niño nacería muerto o fallecería a las pocas horas de nacer.

En el caso de Whelan, se le diagnosticó en la vigésimo semana de gestación que su bebé "seguramente" moriría "in útero" o poco después de nacer a causa de sus malformaciones.

Whelan decidió abortar en el extranjero pero demandó en 2014 a Irlanda ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU argumentando que había sido sometida a maltrato y discriminada debido a su género.

El Comité señaló que Irlanda es responsable del maltrato a Whelan porque sus leyes no sólo le impidieron el asesoramiento necesario sobre qué hacer en estos casos, sino la atención, y le obligaron a abortar en un contexto ajeno y ser sometida a estigma.

"El Comité considera que el sufrimiento de la autora (Whelan) se agravó al no poder recibir información sobre las opciones médicas de sus doctores", por lo que se le privó de su derecho a una atención médica adecuada.

Asimismo, argumenta que Irlanda sometió a una presión extraordinaria a Whelan "por una combinación de actos que violan la prohibición contra trato cruel, inhumano o degradante".

Los expertos sugieren que el país legalice el aborto y que proporcione servicios seguros y accesibles de interrupción del embarazo.

Es la segunda vez que el Comité decide a favor de una mujer encinta de un bebé con malformaciones mortales a quien se le denegó un aborto terapéutico en Irlanda.

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