Apenas unos días después de que saliera a la luz la compra del Banco Popular por parte del Santanter, los empleados de la institución han reclamado que sufren a diario amenazas por parte de los accionistas que han perdido su inversión.

Según informa El Independiente, la organización del grupo ha enviado a las oficinas un protocolo de actuación, un "manual de defensa" en palabras del diario para "estar preparados y alerta para identificar situaciones conflictivas".

El manual aconseja mantener "una distancia prudencial sobre la persona que muestra hostilidad, equivalente a la longitud del brazo", y que presten atención a las "miradas de ira, respiración rápida, puños cerrados, tensión en su rostro o gesticulación excesiva" del cliente.

En el caso de que la amenazada llegara a su término, la dirección de la empresa pide a los trabajadores que traten "de mantener la calma y el equilibrio emocional, evitando responder a las provocaciones e insultos. Por su seguridad, lo más aconsejable es tratar de abandonar el lugar con la mayor brevedad posible".

Los responsables del Popular garantizan a sus empleados "apoyo médico y psicológico" si lo necesitan. Los sindicatos consultados por el portal señalan que el manual "es insuficiente y no cumple el carácter preventivo que esta situación tan excepcional requiere".