En el enorme humedal de los Everglades (Florida) ha concluido una campaña de control que ha acabado con casi 160 ejemplares de pitón de Birmania. Este animal es una especie invasora que está diezmando la fauna del entorno y se calcula que hay decenas de miles de pitones en Florida.

Para el programa piloto, que tuvo lugar desde el 1 de abril hasta el 1 de junio, se presentaron más de un millar de candidatos que se ofrecieron para participar. El Distrito de Gestión de Agua del Sur de la Florida (SFWMD), promotor de la campaña, escogió a 25, quienes recibieron un pago por sus servicios de hasta 6.000 dólares, en función del rendimiento. La más grande de las pitones eliminadas medía cinco metros.

Pete Antonacci, director ejecutivo de SFWMD, calificó de "gran éxito" los resultados de la caza y opinó que no se debe perder "el impulso cuando algo bueno está sucediendo", por lo que recomendará en la próxima reunión de la junta del organismo ampliar o hacer permanente el programa.

Cuando se presentó este programa, SFWMD señaló que las pitones son una especie no nativa e invasora que se ha propagado por el sur de Florida y supone una "amenaza directa" para los humanos y la fauna.

Además de acabar con conejos, aves y otros animales de sangre caliente que habitan en los Everglades, las pitones dejan sin su principal fuente de alimentación a los depredadores autóctonos, como la pantera de Florida, el caimán y el gato montés.

La Universidad de Florida realizó un estudio en 2015 para probar la voracidad de las pitones. Se soltaron 95 conejos adultos en zonas de los Everglades donde se sabía que se encontraban los reptiles. Al cabo de once meses, un 77% de los conejos había sido devorado por esas serpientes constrictoras.