
El municipio italiano de Bormida, situado a 420 metros del nivel del mar en el noreste de la región de Liguaria, ve cómo su población mengua cada año. Ahora, los límites del terreno albergan tan solo a 394 personas, una cifra que preocupa y mucho a la alcaldía. Por ello, el equipo de gobierno ha decidido llevar a cabo una estrategia de comunicación y marketing cuya única finalidad busca evitar que Bormida se convierta en un pueblo fantasma.
Se trata de la última esperanza que le queda a un pueblo al borde de la extinción. Esta estrategia, en concreto, consiste en ofrecer 2.000 euros a cualquier persona que se mude al lugar.
El alcalde Daniele Galliano está detrás de esta iniciativa, que quiere evitar el éxodo rural de las últimas décadas, cuando la mayoría de los jóvenes abandonaron el pueblo para buscar nuevas oportunidades laborales en ciudades cercanas.
Según informa The Guardian, los detalles de la oferta todavía no están cerrados y tienen que ser aprobados por el gobierno local. Pero si la iniciativa prospera, el año que viene cualquier persona que se mude a Bormida o compre una propiedad allí será recompensada con 2.000 euros. El alquiler de una casa pequeña, de acuerdo con el mismo medio, rondará los 50 euros al mes y el de una más amplia, 120.
"Todavía estamos trabajando en el plan, pero todo el mundo es bienvenido para venir a vivir aquí", comentó un concejal a The Guardian. "Somos una comunidad pequeña, pero muy acogedora. Llevamos un estilo de vida saludable y respiramos aire limpio".
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