Los siete tripulantes españoles que el jueves fueron arrestados en Chad permanecen  retenidos, y aunque el juez no se ha pronunciado aún sobre su situación legal, el fiscal de la ciudad de Abeche ha pedido que se les impute un delito de complicidad en secuestro de menores. Para los seis miembros de la ONG francesa que los contrató, a quienes el Gobierno de Chad acusa de querer sacar ilegalmente del país a 103 niños,  el fiscal pide que se les inculpe por secuestro de menores y fraude.

Horas antes, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos,  afirmaba que las circunstancias de los españoles no puede compararse con la de los ciudadanos franceses (seis cooperantes y tres periodistas). «Su situación es confusa y complicada, pero se intentará resolver lo antes posible, desplegando toda la fuerza que tienen la Administración y el Ministerio», afirmó ayer Moratinos. Su responsabilidad «tiene que ser muy diferente», decía también el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León.

Mientras, los siete españoles, entre los que hay dos asturianas, dos madrileñas, un menorquín y dos catalanes, se encuentran en buen estado de salud, están tranquilos y bien atendidos, informó ayer un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Este extremo fue confirmado por la compañía barcelonesa para la que trabajan, Girjet, cuyo portavoz aseguró que tienen «muchas esperanzas» de que sean liberados pronto. El Gobierno de Chad ya está «convencido» de su inocencia, afirmó el jefe de tripulaciones de  Girjet, José María Cuesta, quien insistió en que el único papel de la compañía ha sido el de cumplir con la solicitud de fletar un avión.

Entretanto, se espera que  hoy mismo se produzca una comunicación oficial acerca de la situación legal de los detenidos, que ayer se esperaba que pasasen a disposición judicial. No en vano la embajadora española en Camerún,  María Jesús Alonso, llegó anoche a Chad para ocuparse personalmente del caso.

Posible cárcel

La situación pinta peor para  los franceses detenidos porque, aunque la ONG Arca de Zoé sostiene que los menores eran huérfanos a quienes querían dar asilo en Francia, son pocos los que dan crédito a su versión. El ministro del Interior de Chad, Ahmat Mahamat Cachir, afirmó ayer en declaraciones a la BBC que presentarán cargos contra ellos por rapto de menores y que «seguramente» irán a la cárcel.

El propio presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, condenó la acción como «ilegal e inaceptable» y manifestó al presidente de Chad, Idriss Déby, su «tristeza» por este «lamentable asunto». También la ONU ha condenado la actuación de la ONG.

Ningún menor es huérfano

Los 103 menores que la ONG francesa Arca de Zoé pretendía sacar del país el pasado jueves en un avión con tripulación española permanecen alojados en un orfanato de la ciudad chadiana de Abeché bajo supervisión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Su delegada en Chad, Annet Rehrl, negó que sean huérfanos y denunció que «ya hay familias en Francia y otros países que han pagado para quedarse con ellos». Ahora, a través de entrevistas, intentarán identificarlos y devolverlos a sus familias.