La cumbre del clima de Marrakech decide seguir en la senda de París, a pesar de Trump

  • Lo que ha dado de sí la cumbre del clima de Marruecos en 5 claves.
  • El futuro presidente de EE UU, Donald Trump, monopoliza el encuentro con su negacionismo del cambio climático sin poner un pie en Marruecos.
  • El acuerdo alcanzado se limita a mantener a las naciones en la senda de los compromisos de París, pero las decisiones relevantes se toman en 2018.
  • Un grupo de 22 naciones anuncia la descarbonización de sus economías en 2050.
  • Los países más vulnerables piden a los desarrollados incrementar la ayuda económica.
  • Las ONG reclaman, en base a los estudios científicos más ambición y 1,5 grados.
  • España compromete un proyecto de ley, pero suspende en emisiones de CO2.
Foto colectiva reclamando acción contra el cambio climático en Marrakech.
Foto colectiva reclamando acción contra el cambio climático en Marrakech.
COP22
Foto colectiva reclamando acción contra el cambio climático en Marrakech.

Doce días de encuentros científico-técnicos y de plenarios políticos alrededor del cambio climático han culminado esta medianoche del viernes 18 de noviembre en la ciudad de Marrakech (Marruecos) con la aprobación de una declaración de unidad sobre el reto del clima, que busca aislar el negacionismo de Donald Trump, y un acuerdo por el que más de un centenar de naciones siguen en la senda de los compromisos fijados por el Acuerdo del clima de París.

La COP22 de Marruecos buscaba mantener vivo el "espíritu" de París, cuando en diciembre pasado casi 200 naciones se comprometieron a impulsar medidas para contener el calentamiento global, pero el acuerdo final de Marrakech plantea dudas en algunos agentes sobre si realmente es el que corresponde con una cumbre de acción, tal y como rezaba su lema.

Trump, el protagonista ausente

La piedra en el camino de esta cumbre del clima no era pequeña: la reciente elección como presidente de la nación desarrollada más contaminante del planeta de un escéptico del cambio climático, Donald Trump. El republicano opina que el calentamiento global es "un cuento chino" y tiene pensado colocar al frente de la cartera medioambiental a un conocido defensor de las energías fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, las más contaminantes.

Los temores de que el futuro presidente de EE UU vaya a salirse del Acuerdo de París han ensombrecido este encuentro, eminentemente técnico, desde el minuto uno. El primero en aludir a Trump fue el propio secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, que en rueda de prensa en Marrakech pidió a Trump que entienda la "gravedad y la urgencia" de combatir el cambio climático. En el mismo sentido se han pronunciado a lo largo de estos días en Marrakech, el presidente francés, François Hollande, la delegación de la UE, de China e incluso Rusia.

El paso de la delegación de EE UU, presidida por el secretario de estado saliente, John Kerry, también estuvo marcado por la reciente victoria de Donald Trump. En su discurso, Kerry reivindicó que el tiempo corre en contra de los intereses del planeta , que el cambio climático es una realidad que está causada por el comportamiento humano, que sería una "traición" y una "derrota moral" no hacer nada para combatirlo y recordó que la mayoría de los estadounidenses desean que EE UU cumpla con los compromisos adquiridos hace un año en París.

Al final de la cumbre, las delegaciones que han participado suscribieron la "proclamación de Marrakech", un documento político sin mayores vinculaciones prácticas en el que, sin embargo, hablan de irreversibilidad de la lucha contra el cambio climático y reivindican "el máximo apoyo político" a esta tarea (PDF).

Preparando la senda de París hasta 2018

Los plenarios de la cumbre son las asambleas en las que las delegaciones de 195 países del mundo alcanzan acuerdos. Este año se ha abierto la primera conferencia de las partes de la era post París y el documento acordado mantiene a las 111 naciones que han ratificado hasta la fecha el Acuerdo del Clima en la senda de los compromisos alcanzados el año pasado. Eso significa, según explicaron los expertos en diplomacia ambiental, que no se han aceptado mayores ambiciones planteadas por algunas partes, sobre todo por los países más vulnerables.

Así, el año que viene, 2017, se celebrará otra nueva cumbre del clima, la COP23, bajo el auspicio de Fiji aunque con sede en Bonn (Alemania). Sin embargo, no será hasta 2018, en la COP24 de Polonia, cuando se aprueben las reglas definitivas para cumplir los compromisos que contengan el calentamiento global y cuando se decida el destino del esfuerzo económico a realizar para ayudar a los países menos desarrollados en su adaptación al cambio climático.

Los compromisos nacionales y la descarbonización 

Si bien puede parecer que los países entran en pausa, en realidad los grupos de trabajo multinacionales continúan en la elaboración de la guía que marcará las acciones climáticas. De paso, se permite a las naciones que no han ratificado París todavía que lo puedan realizar. Mientras tanto, cada país está adaptando su legislación a la ambición de que el planeta no incremente su temperatura en más de dos grados centígrados en 2100.

Una de las noticias más positivas de la cumbre ha sido la llamada 'estrategia 2050' por la que 22 naciones se han comprometido a publicar la hoja de ruta de las medidas que tienen previsto tomar, sector por sector (industria, energía, transporte, construcción, agricultura, etc.) para resolver el problema de los gases de efecto invernadero en 2050.

Entre estas naciones están EE UU, Alemania, Canadá, Brasil, Francia o Reino Unido, pero no figura España. En el caso de Alemania, el acuerdo es disminuir hasta un 95% las emisiones de gases de efecto invernadero para esa fecha, mientras que el plan del Gobierno de EE UU es de rebajarlas un 80%, si Trump quiere.

Los expertos en cumbres climáticas aseguran que nunca antes de Marrakech se había hablado tan claramente de la necesidad y de la urgencia de acometer una "transición justa" hacia una economía descarbonizada y sin combustibles fósiles. Es más, gobernantes como John Kerry, de EE UU, reconocieron que la lucha contra el cambio climático "es irreversible" porque el sector privado ha constatado que supone una oportunidad económica única. De hecho, 360 empresas multinacionales de EE UU presentaron en Marruecos su adhesión a los compromisos del acuerdo de París.

España, por su parte, ha estado presente en la cumbre con una delegación encabezada por la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina. Si bien el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió a la foto de familia del primer día, su agenda estuvo centrada en su encuentro bilateral con el rey de Marruecos. Eso sí, anunció de nuevo un proyecto de ley de cambio climático que todavía no cuenta ni con un borrador, ni con un grupo de trabajo. Mientras tanto el ministro de energía, Álvaro Nadal, anunciaba que era la hora de las renovables y que revisaría el impuesto al sol, pero negaba tajantemente estar dispuesto a un cierre por decreto de las centrales térmicas del carbón, principal contaminante de la electricidad.

La oposición parlamentaria presente en Marrakech calificó de "humo" la propuesta de ley de cambio climático, en palabras del portavoz de Equo, Juantxo López de Uralde, y aseguró que España, con emisiones de CO2 crecientes desde 2014, mantiene una política ambiental errática y arrastrada por las obligaciones que le impone la UE.

Las ONG y los países vulnerables piden más ambición

Los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, aglutinados en una plataforma en la que hay 47 naciones, salen de Marruecos con un compromiso firme de apostar 100% por las renovables y de reducir las emisiones al máximo lo antes posible. Además han peleado porque se incremente lo más posible los fondos que los países en desarrollo deben asumir para ayudar a las naciones en vías de desarrollo, que son las menos contaminantes, a paliar los efectos del cambio climático. Son conscientes de que 100.000 millones anuales serán claramente insuficientes.

Desde las ONG ambientalistas y partidos verdes se subraya que tras Marrakech queda patente que "nada puede justificar la falta de ambición de los gobiernos". Como ya ocurriera en París, han conminado a "seguir apostando por las decenas de iniciativas de la sociedad civil o las instituciones que están poniendo en marcha la transición hacia un mundo limpio y seguro". Por su parte WWF España consideró que el acuerdo de París pasó su primer test en Marruecos, pero sin incrementar la ambición necesaria.

El portavoz de Ecologistas en Acción sobre cambio climático, Javier Andaluz, en Marrakech ha considerado que "a pesar de las fotos oficiales la realidad es que en la COP22 los gobiernos se han mostrado incapaces de acordar medidas de calado que sirvan para responder a la urgencia del cambio climático. Posponer la acción climática y el aumento de compromisos de reducción de las emisiones y de la financiación de la adaptación más allá de 2018 supone un enorme riesgo que puede impedir limitar el incremento de la temperatura global a 1,5 grados".

La ciencia recuerda que la  labor es "urgente"

La primera semana de las cumbres climáticas están pensadas para que sean los técnicos y los científicos los que preparen el terreno de las delegaciones políticas, que son finalmente las que alcanzan acuerdos. En este caso, también se ha aprovechado para presentar los últimos informes que recuerdan la "urgencia" de actuar contra el calentamiento global. La organización meteorológica de la ONU presentó sendos informes sobre niveles récord de partículas por millón de CO2 en la atmósfera y sobre el aumento constante de las temperaturas, que en 2016 volverán a batir todos los records.

"Cuanto más investigan los científicos, más se alarman de la velocidad a la que se está produciendo el cambio climático", dijo el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, en su discurso en Marrakech.

En la ciudad climática de Marrakech, un recinto ferial a las afueras de la turística medina, sobre el mayor desafío global que afronta la humanidad, el cambio climático, no solo se ha cernido este noviembre la sombra de Trump, sino también la capacidad de reacción de las naciones para llegar a tiempo de salvar la situación.

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