Al menos 10 muertos en un motín en una cárcel de Brasil

  • El motín ocurrió durante el horario de visitas y cerca de 100 familiares de presos fueron retenidos.
  • La cifra de fallecidos se ha reducido después de que al principio se hablara de 25 muertos.
  • Las condiciones de las cárceles en brasil son "inhumanas" y un "grave desastre" de derechos humanos, según HRW.

Al menos 10 presos murieron este domingo en una pelea entre bandas rivales en una cárcel de la ciudad de Boa Vista, en la Amazonía brasileña, según fuentes policiales citadas por la televisión Globo.

Varios fallecidos fueron decapitados y otros, carbonizados en el motín ocurrido en la Penitenciaria Agrícola de Monte Cristo, informó un responsable de la policía al portal de noticias de Globo, G1.

El motín ocurrió durante el horario de visitas y cerca de 100 familiares de presos fueron retenidos dentro de la cárcel varias horas y finalmente liberados por la policía.

El conflicto se desató la tarde del domingo cuando los reos del pabellón 14 rompieron los candados e invadieron el ala 12, según  la secretaría de Justicia y Ciudadanía del estado de Roraima, en el norte de Brasil. Al informar inicialmente del motín, el titular de la secretaría, Uziel Castro, señaló que se habían registrado al menos cuatro muertes y un número sin precisar de heridos.

Según el diario local Folha de Boa Vista, el motín comenzó por una pelea entre las poderosas bandas de narcotraficantes rivales Comando Vermelho, que surgió en Río de Janeiro, y Primer Comando da Capital (PCC), que surgió en Sao Paulo. Ambas tienen conocido poder en las cárceles.

El gobierno regional envió a la cárcel un destacamento de la policía antidisturbios, que por la noche entraron en la penitenciaria y lograron la liberación de los rehenes, que en su mayoría eran mujeres.

Condiciones "inhumanas"

En 2015, la ONG Human Rights Watch denunciaba en un informe la "superpoblación extrema" (con 2000 presos donde debería haber 500) y las condiciones "deplorables, inhumanas e insalubres" de las cárceles brasileñas, asegurando que "el mal ha tomado el control" en muchas de ellas.

El control en el interior de algunas cárceles de Brasil "fue transferido" a un grupo de presos, conocidos como "llaveros", que venden droga y extorsionan a los presos y a sus familias. La mayor parte de los presos no han sido juzgados, sino que pasan "meses o años en condiciones terribles" hasta que llega su primera audiencia.

El manejo de las crisis no es siempre el adecuado, y este mismo año la ONU llamó la atención al país por permitir la "impunidad" en la matanza de 111 presos a manos de la Policía en el presidio de Carandiru en 1992. El caso, que inspiró una exitosa y cruda película, conmocionó a la opinión pública internacional, y 74 agentes fueron condenados, pero una nueva resolución judicial tras la llegada del Gobierno de Michel Temer los ha dejado en libertad.

Tanto el Comando Vermelho como el PCC son poderosos grupos que no solo operan en sus lugares de origen, Río y Sao Paulo, sino que se han expandido. Un ejemplo de su poder lo narraba El País Brasil el pasado agosto, con un reportaje sobre la "paz" en la conflictiva ciudad de Fortaleza tras la llegada de las bandas criminales.

Antes de ellas, bandas ligadas a la afición a equipos de fútbol controlaban el narcotráfico, pero el "modelo de negocio" del ComandoVermelho y del PCC con frecuencia requiere una tregua que no llame la atención de la Policía, por lo que el número de asesinatos en la capital del estado de Ceará disminuyó.

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