La Policía Nacional ha desarticulado, con 15 detenciones en Madrid y Pamplona, la dirección española de una red internacional de cocaína, además de incautarse de 40 kilos de esta droga, 320 gramos de marihuana, 90.430 euros en efectivo y joyas valoradas en 600.000 euros, entre otros objetos.

El delegado del Gobierno en Navarra, Vicente Ripa advirtió de la "espectacular y extraordinaria" actuación, ya que esta organización "introducía en España la friolera de unos 2.400 kilos de cocaína al año, a razón de 50 kilos semanales".

Explicó que la operación se inició cuando en los preámbulos de los Sanfermines se detuvo en Pamplona a cinco traficantes, todos ellos de origen dominicano, lo que llevó a investigar la posible existencia de una red de distribución de droga formada por personas del país caribeño y radicada en Madrid.

Pese a que la red "estaba muy bien estructurada", se logró llegar a la cúpula, de forma que de los diez arrestados en la capital española, tres son los máximos responsables en España de un grupo organizado dedicado a la introducción y comercialización de cocaína en Estados Unidos y en Europa, vía Puerto Rico, Amsterdam y Madrid.

Ripa señaló que esta cocaína se producía en Perú y en la República Dominicana, e insistió en la "gran relevancia" de la operación, un "éxito histórico", ya que se ha acreditado que la droga entraba en España por Barajas en maletas facturadas sirviéndose de empleados de los aeropuertos de origen y destino.

Además, la "excelencia" de la investigación ha permitido la intervención de inmuebles y cuentas bancarias de personas físicas y jurídicas, ya que se han localizado e intervenido judicialmente dos sociedades mercantiles, "puramente instrumentales", asentadas en Madrid.

Dirigida por un juzgado de Pamplona

Por su parte, el jefe superior de Policía en Navarra, José Luis Gago, señaló que la operación ha estado dirigida judicialmente por el juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona y ha evidenciado la importancia de la colaboración internacional, de forma que la investigación se derivará ahora a las ramificaciones que la banda podía tener en otros países.

Doce de los detenidos eran dominicanos y los tres dirigentes tenían residencia legal en Madrid, en la urbanización de La Moraleja.